Quién te puede tocar y dónde
Las zonas permitidas de contacto físico entre dos individuos reflejan la relación personal entre ambos.
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MADRID.- Al final del reciente partido de fútbol entre el Real Madrid y el Paris Saint-Germain, la estrella del Madrid, Cristiano Ronaldo, saludó sonriente en la zona de vestuarios al presidente del equipo contrario, Nasser Al-Khelaifi, que parece que quiere ficharle. Según los cronistas y la grabación de la cortísima escena (Al-Khelaifi estaba dando declaraciones para televisión), Ronaldo le tocó en el hombro y le dio la mano, mientras que el jeque catarí le respondió, también sonriente, con una colleja. Este intercambio, que ha sido muy comentado, refleja lo que han encontrado investigadores finlandeses y británicos sobre las zonas de contacto físico mutuo que los individuos consideran permisibles en general. Están zonas resultan estar mucho más relacionadas con el grado de relación personal y emocional entre dos individuos que con la frecuencia con que se vean.
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La topografía obtenida señala que el área total que se permite tocar a cada uno está directamente relacionada con la fuerza del vínculo emocional entre el sujeto y la otra persona, y que varía asimismo ligeramente según sean ambos del mismo sexo o no.
En el caso de Ronaldo y el jeque, si se considera que el grado de relación social es de conocidos más que de amigos, y que ambos son hombres, no se sentirían molestos e incluso les resultaría agradable el contacto, según la investigación, con toques en las manos y brazos, los hombros o la parte superior del torso. Si fueran amigos, estas zonas se extenderían a la cabeza y cara y la parte media de la espalda.
“Los resultados indican que el contacto físico es un medio importante de mantener relaciones sociales. Los mapas corporales de contacto están muy relacionados con el placer que causa. Cuanto mayor es el placer en que nos toquen un área específica del cuerpo, más selectivamente limitamos el acceso”, indica Juulia Suvilehto, de la Universidad Aalto de Finlandia. Se trata, lógicamente, de contactos sociales, que forman parte de la comunicación, no de los que se puedan tener en un vagón atestado del metro o en la consulta de un fisioterapeuta.