tiburón ballena
Tiburón ballena La lluvia nuclear permite conocer la edad del tiburón ballena, tan grande como un autobús articulado
El rastro del carbono-14 procedente de la explosión de bombas atómicas permite fijar el ritmo de crecimiento del mayor pez del mundo
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madrid,
El tiburón ballena es el pez más grande del mundo, ocupa como un autobús y debe su nombre precisamente a su gran tamaño pero hasta ahora no se podía conocer lo que puede llegar a vivir, algo importante para su conservación ya que es una especie amenazada. Aunque no ataca al hombre y de hecho resulta accesible para los practicantes del buceo este enorme tiburón de llamativa piel es un gran desconocido para la zoología, sobre todo porque buena parte de su juventud la pasa supuestamente en las profundidades marinas.
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En las vértebras de algunos de estos animales conservados se había detectado lo que parecían ser bandas de crecimiento, pero los expertos no se ponían de acuerdo respecto al plazo que corresponde a cada banda. Ahora, auxiliándose de la contaminación atmosférica causada por las explosiones nucleares en las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo XX, científicos australianos creen haber dilucidado esta cuestión. Cada banda corresponde a un año y es probable que los tiburones ballena (Rhyncodon tipus es su nombre científico) alcancen los 100 años, sugieren en la revista Frontiers in Marine Science.
El indicador utilizado para datar las vértebras es el elemento radiactivo carbono-14, el mismo que se usa en arqueología para objetos antiguos. Como consecuencia de las explosiones nucleares, se duplicó aproximadamente la cantidad natural de carbono-14 en la atmósfera y este se extendió al tiempo que se desintegraba dejando su firma temporal en todo ser vivo de aquella época, explican los científicos de Australia, Islandia y Estados Unidos.
El análisis del contenido de carbono-14 se ha hecho en cada uno de las sucesivas bandas de las vértebras de dos ejemplares de tiburón ballena hallados en el siglo XX y conservados en Pakistán y en Taiwan respectivamente. Uno de ellos, de unos 10 metros de longitud, ha resultado tener 50 años en el momento de su muerte, mientras que el otro tenía 35 años.
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"Es muy probable que haya tiburones ballena de más edad porque sabemos que alcanzan un tamaño bastante mayor", dice Steven Campana, el científico islandés que participa en la investigación. Esta longevidad implicaría que maduran sexualmente bastante tarde y que su población aumenta lentamente, por lo que tardarían más en recuperarse que otras especies menos longevas, ante amenazas como la pesca.
El interés por la conservación del tiburón ballena es especialmente intenso en Australia Occidental, en cuyo escudo figura, porque es una gran atracción para el ecoturismo. Allí, en Perth, tiene su sede el instituto líder en su estudio, el AIMS, que ha participado en la investigación a través del investigador Mark Meekan. "Hemos visto que cada año crece una banda", dice Meekan. "Esto es muy importante porque si se sobreestima o subestima el ritmo de crecimiento, te encontrarás con que tu estrategia de manejo de la especie fracasará".
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El tiburón ballena está protegido en todo el mundo. Los datos de los dos ejemplares ahora estudiados se han cruzado con los de otros 18 tiburones muertos, de menor tamaño, para alcanzar la conclusión de que los juveniles crecen unos 20 centímetros por año. Se cree que los tiburones ballena llegan a alcanzar los 18 metros de longitud, el tamaño de un autobús articulado.
Precisamente las incógnitas sobre la etapa juvenil son las que introducen un pequeño factor de incertidumbre en el hallazgo ahora comunicado, ya que si los jóvenes tiburones se mantienen, como se cree, mucho tiempo en las profundidades marinas el contenido a lo largo del tiempo del exceso de carbono-14 allí puede no ser igual que el de las aguas superficiales, que es el que se ha utilizado en la investigación.