Una tercera parte de la esencia de la vida es aún un misterio
Una célula mínima conseguida en laboratorio vive con solo 473 genes pero se desconoce la función de 149 de ellos
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MADRID.- Una bacteria con solo 473 genes, capaz de vivir y reproducirse, constituye el nuevo récord de mínima expresión de vida y, como los anteriores, ha sido obtenida en laboratorio; no existe en la naturaleza. Aunque no es vida artificial, por mucho que algunos periodistas se empeñen, sí proporciona información interesante sobre los genes imprescindibles para la vida (con un gen menos ya no sería viable) y también subraya lo que todavía se desconoce. Sorprendentemente, se ignora el papel que juega casi un tercio -149- de los 473 genes en que esta célula viva. Muchos de estos genes misteriosos son comunes a otras formas de vida, incluidos los seres humanos.
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Entonces, los investigadores cambiaron a otro enfoque, el de prueba y error, quitando y añadiendo genes. Construyeron así varios centenares de genomas, hasta encontrar el capaz de dar lugar a una célula viva. Este es solo un poco más pequeño que la segunda versión, basada en otra bacteria, pero se reproduce mucho más rápidamente, lo que indica que goza de buena salud y lo convierte en una herramienta versátil para investigar la vida.
Además, la nueva técnica de edición genética Crispr se presenta como un gran rival para el futuro en este proyecto de veinte años de Venter, según se encarga de resaltar la revista Nature, a su vez gran rival de Science en el mundo científico. “¿Por qué molestarse en construir nuevas formas de vida cuando se puede modificar de forma simple lo que ya existe?”, se pregunta en un artículo sobre la nueva célula mínima. Algunos especialistas creen que la edición genética ganará la partida en la mayor parte de las aplicaciones que requieren un pequeño número de alteraciones, incluidas nuevas terapias en humanos, mientras que la síntesis que practica Venter será de interés para aplicaciones más especializadas y básicas, como el diseño de nuevas formas de vida, algo que no deja de suscitar temores en la sociedad.