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"¿Qué hacemos para que los pobres tengan un teléfono móvil?"

EEUU pone en marcha un programa de subvenciones para que los operadores ofrezcan gratis teléfonos móviles a los más necesitados

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John Cobb, incapacitado por sufrir cirrosis y un enfisema, vive en un estudio en Greensboro en Carolina del Norte en EEUU con una pensión de 674 dólares mensuales. A la espera de recibir una mayor ayuda asistencial en febrero se encontró con una sorpresa. La ayuda se materializó en forma de teléfono móvil.

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Como publica The New York Times, Cobb se ha convertido en una de las personas con escasos ingresos que se ha podido beneficiar de Lifeline, un programa que parte de una reinterpretación de una vieja ley que obliga a facilitar el acceso a las comunicaciones telefónicas a este colectivo.

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Así, los operadores de telefonía móvil reciben del Gobierno una subvención a cambio de proveer a personas como John Cobb de teléfonos móviles con algo más de una hora en llamadas mensuales gratuitas. "Me siento mucho más seguro cuando estoy al volante o enfermo. Siempre puedo llamar a alguien si necesito ayuda", aclara Cobb. "Era una necesidad que tenía".

Se trata de una ayuda que no solo beneficia a los usuarios. Aunque se encuentra todavía en una fase inicial, el proyecto ayuda a la industria de telecomunicaciones a entrar en un mercado al que les resultaba imposible acceder: el de la gente con escasos recursos. "Todo el mundo tiene ya un teléfono móvil. Queda muy poco mercado por cubrir", asegura Roger Entner, de la consultora Nielsen. "La pregunta era: ¿cómo podemos llegar a los más necesitados?".

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Las principales operadores podrán ingresar hasta 10 dólares por cada nuevo contrato en este proyecto, mientras el consumo subsidiado supone unos 3 dólares mensuales por cada usuario. Actualmente, este programa ya alcanza los 1,4 millones de usuarios y se espera que se duplique en los próximos meses.

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