La sonda marciana ‘Phoenix’ inicia su agonía invernal
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Ya han apagado el primero. Los responsables de la sonda marciana Phoenix irán desactivando cuatro calefactores, uno tras otro, para ahorrar la valiosa energía solar hasta que el invierno marciano la congele bajo un manto de CO2 sólido.
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Así terminará la pequeña odisea del robot que probó por primera vez el hielo de Marte.
Con sus cinco meses de misión, Phoenix ha superado con creces sus 90 días de vida útil. Al disminuir la luz solar, los técnicos se han visto obligados a apagar el calefactor que abastecía el brazo robótico, para evitar que la actividad de los instrumentos consuma más energía de la que genera la luz solar.
A una temperatura local de entre -40 y -95ºC, la extremidad móvil de la sonda se paralizará y no excavará más, pero sus púas quedarán clavadas en el suelo para continuar tomando mediciones.
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Luego seguirán otros dos calefactores de los restantes instrumentos científicos. Finalmente se apagará uno de los dos radiadores que mantienen viva a la nave y sus baterías. El último quedará activo hasta que se apague por sí mismo.
El director de la misión en la NASA, Chris Lewicki, resume el paso final casi como si se tratara de un ser humano: "En ese punto, Phoenix estará a merced de Marte".
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Pese a todo, según el microblog Twitter de Phoenix, los científicos aún esperan poder activar el micrófono de la sonda para escuchar el sonido de Marte, aunque sin fundadas esperanzas de que el experimento funcione.