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La piedra rosetta de la evolución humana

Hallan en Suráfrica la especie que pudo originar el género humano hace dos millones de años

NUÑO DOMÍNGUEZ

Un grupo de científicos cree haber encontrado la piedra rosetta de la evolución humana. Se trata una nueva especie de homínido hallado en Suráfrica cuya anatomía, mitad mono y mitad hombre, le convierte en el mejor candidato a ser el precursor de los primeros humanos. Vivió hace unos dos millones de años en un momento muy desconocido de la evolución en el que se piensa que algún miembro del género Australopithecus engendró el género humano, del que el Homo sapiens es el único superviviente actual.

La nueva especie, Australopithecus sediba, se ha descrito basada en dos individuos, un joven y una mujer adulta, cuyos restos quedaron encerrados en un ataúd de rocas donde se han conservado hasta la actualidad. Yacían en la cueva de Malapa, cerca de la Cuna de la Humanidad, una región a 50 kilómetros de Johannesburgo donde se han encontrado cientos de fósiles claves para dibujar los orígenes del hombre.

'El sediba es una piedra rosetta para definir qué es el género humano', dijo el paleoantropólogo Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand (Suráfrica), durante una videoconferencia para presentar sus hallazgos. Es el autor principal de la descripción de la nueva especie, que publica hoy Science. Presenta una mezcla de rasgos primitivos y modernos nunca vista.

El ejemplar modelo ha sido el del joven, pues incluye su cráneo casi completo. Tenía unos 13 años y medía 1,3 metros. Su pelvis era casi como la de los primeros humanos e indica que era capaz de andar erguido. Su nariz se proyecta hacia adelante como la de los humanos, y sus piernas son más largas que las de los otros australopitecos que pasaban la mayor parte del tiempo en los árboles. Sin embargo, su cráneo es mucho menor que el de los humanos. Tiene unos brazos tan largos como los de un orangután y sus pies y manos son aún 'primitivos', explicó Berger. Esta coctelera hace del sediba un ejemplar único para explicar quiénes fueron los australopitecos que bajaron de los árboles para siempre.

Hace entre tres y dos millones de años, Suráfrica era un hervidero de homínidos que incluía ejemplares de rasgos agigantados como los Paranthropus, otros más avanzados, entre los que estarían el Australopithecus africanus y el sediba, y los Homo habilis, primeros miembros del género humano, explica Antonio Rosas, investigador del CSIC. 'Los bosques tropicales comenzaban a dejar paso a las sabanas y aparecía su característica fauna tal como la conocemos hoy', añade.

Los fósiles fueron hallados entre restos de antílopes y tigres de dientes de sable. Los responsables de la excavación creen que el joven sediba y su acompañante adulta cayeron en una 'trampa mortal'. Era una grieta del terreno que daba a un foso desde el que fueron luego arrastrados por corrientes de agua junto a los otros animales a un depósito más profundo.

Los expertos comenzaron a desenterrar los primeros fósiles en 2008, pero el yacimiento seguirá dando frutos. Ya hay al menos otros dos ejemplares que se están desenterrando en estos momentos, anunció Berger. 'Pronto seremos capaces de ofrecer una reconstrucción detallada de cómo eran el rostro, el cuerpo y el estilo de vida de esta especie', dijo Berger.

Ancestro del erectus
Los responsables del hallazgo creen que el sediba es descendiente del A. africanus, que vivió en el continente hasta hace unos 2,9 millones de años. Sus rasgos humanos indican que puede ser el ancestro directo del Homo habilis, primer miembro del género Homo, o incluso del Homo erectus, que salió de África hacia Asia hace 1,8 millones de años.

'El erectus es aceptado por todos los expertos como la primera especie genuinamente humana', explica Carles Lalueza, paleoantropólogo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. 'Lo más importante de este estudio es que presenta el mejor candidato hasta la fecha para enlazar a australopitecos y humanos', añade.

Hay una tercera hipótesis. El sediba pudo ser una rama evolutiva independiente que 'imitaba' a los primeros humanos, pero que no los originó. Los expertos apuntan que el trabajo dará que hablar durante meses y 'desplazará el centro de estudio de la disciplina hacia los australopitecos', explica Rosas. 'Se trata de uno de los capítulos más oscuros de la evolución', añade.

Algunos medios se han apresurado a decir que el sediba es el eslabón perdido, algo que los propios autores han negado rotundamente. 'No me gusta aplicar el término porque es algo de la época victoriana y la evolución no es una cadena, sino un árbol', señaló Berger. Rosas elabora: 'Cada especie era como un ensayo que respondía al cambio ambiental con un determinado modo de locomoción, dentición y tamaño cerebral'. 'Como salido de una caja negra, alguno de esos ensayos consolidó el género humano en la forma del Homo erectus', concluye.

El primero en encontrar los restos del A. sediba en 2008 fue Matthew Berger, hijo del paleoantropólogo Lee Berger, que entonces tenía nueve años. Una clavícula sobresalía de una piedra. Su padre le dijo que era de un antílope, pero resultó pertenecer al posible ancestro del género humano.

Poco antes, Berger y su colega de la Universidad de Witwatersrand Paul Dirks habían seleccionado una cueva cercana como candidata a albergar fósiles humanos. Para la primera batida del terreno usaron Google Earth. La posterior excavación de la cueva destapó el cráneo del sediba, que significa fuente en lengua sesotho. Los descubridores creen que de esta especie brotó el género humano. Para que el hallazgo no quede eclipsado por otros fósiles famosos, como Lucy o la reciente Mujer X, Berger ha propuesto un concurso entre estudiantes de colegio en Suráfrica para que le pongan nombre al nuevo australopiteco.

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