El misterio de las primeras canoas del Mediterráneo
Un estudio del CSIC analiza las embarcaciones halladas en el yacimiento neolítico de La Marmotta (Italia), las más antiguas del Mediterráneo y las mejor conservadas, construidas hace más de 7.000 años.
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"Los trabajadores estaban intentando meter una tubería enorme en el lago Bracciano (Italia) para llevar agua al Vaticano. Para eso, tenían que rebajar la base del fondo y, al sacar parte del sedimento, se encontraron restos de cerámica, postes de casas...", cuenta a Público Juan Gibaja, científico titular del CSIC en la Institución Milà y Fontanals de Investigación en Humanidades (IMF-CSIC).
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Así fue cómo, a finales de la década de 1980 y por casualidad, se encontró La Marmotta, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la etapa neolítica europea, que destaca por la cantidad y la buena conservación de su contenido.
Un nuevo estudio, publicado la semana pasada en Plos One y liderado por el español Juan Gibaja y sus colegas del Museo delle Civiltà (Roma) y la Università di Pisa (Pisa), acaba de confirmar un hito más de este asentamiento: las cinco canoas que se encontraron allí son las más antiguas que se conservan en el Mediterráneo.
Según la datación por carbono 14, realizada en el Centro Nacional de Aceleradores (CNA) de Sevilla, las embarcaciones de madera tienen una antigüedad de entre 7.000 y 7.500 años.
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Complejidad náutica inesperada
Las condiciones excepcionales de este yacimiento, a unos 11 metros de profundidad –ocho metros de agua y tres de sedimentos–, han permitido que el hallazgo permaneciera durante milenios "protegido de la descomposición gracias a que está bajo el agua y las bacterias aerobias no pueden actuar", nos explica Gibaja.
Pero no solo eso. Además de su excelente estado de conservación, son barcos que demuestran una gran complejidad y dominio de la tecnología náutica.
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Son barcos que demuestran una gran complejidad y dominio de la tecnología náutica
"Me quedé asombrado al ver por primera vez la más grande de ellas, de casi 11 metros de largo. Es casi como un minibús. Había imaginado que, en aquellas sociedades, eran más pequeñas", reconoce Gibaja. "Además, los detalles de su construcción indican que aquellas gentes conocían muy bien la navegación, tenían un conocimiento adquirido durante muchas generaciones".
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Los cinco barcos son diferentes en tamaño y material y debían cumplir distintas funciones. El más grande, hecho de roble, debía servir para el transporte de personas y bienes. La canoa 2, de madera de aliso, es más pequeña y "está un poco levantada en su parte delantera, lo que indica que debía ser buena para las olas", apunta.
Sus habitantes huyeron casi con lo puesto
Otra curiosidad de La Marmotta es su localización. ¿Cómo acabó el asentamiento en el fondo de un lago, a 300 metros de la actual orilla?
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Los hallazgos arqueológicos sugieren que el nivel del lago subió de forma inesperada y aquellos pobladores del neolítico abandonaron apresuradamente sus hogares, para reconstruir su poblado 300 metros más arriba.
"Sabemos que tuvieron que irse de forma repentina porque dejaron allí sus utensilios habituales", explica Gibaja
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"Sabemos que tuvieron que irse de forma repentina porque dejaron allí sus utensilios habituales, como cerámicas llenas de cereales, cucharas, ropa, hoces, arcos de caza...", nos dice Gibaja. Incluso las canoas, que estaban fijadas con unos troncos al suelo como si hubieran estado guardadas o reparándose.
¿Por qué subió el nivel del agua tan deprisa? "Es algo que aún estamos investigando".
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Más secretos por desvelar
Y es que a La Marmotta todavía le queda mucho juego que dar a los arqueólogos. "Hace poco, se han reconocido entre los restos por lo menos 15 arcos de caza, lo que le convierte en el asentamiento prehistórico con más arcos conservados hasta la fecha", nos dice el experto. De igual manera, contenía 54 hoces.
Los expertos aventuran que solo se ha excavado el 25% del yacimiento. "Todavía estamos trabajando en la publicación de un catálogo con todo el material hallado", nos adelanta Gibaja.