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La misión Rosetta, junto a su módulo Philae, un antes y un después en el espacio

La sonda tuvo que viajar durante 10 años a más de 510 millones de kilómetros de la Tierra para depositar en el cometa al robot Philae, que este sábado ha enviado nuevos datos

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Rosetta observa la creciente actividad en el cometa 67P.

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MADRID.- Los investigadores e ingenieros de la misión Rosetta llevaban siete meses esperando a que el módulo Philae, posado en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, despertara de su letargo. Ya lo ha hecho y ha sido capaz de enviar datos a Tierra.

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Entre mayo y agosto de 2014 la sonda había recorrido más de 6.000 millones de kilómetros. Estaba a unos 100 kilómetros del cometa y viajaba a una velocidad de 775 metros por segundo

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Este éxito se completa ahora con el despertar de Philae, que después de posarse en el cometa 67P logró estar operativo durante casi 57 horas y consiguió enviar algunos datos a Tierra. 
Sin embargo, como quedó en una zona oscura del cuerpo celeste, no pudo recargar sus baterías solares y entró en hibernación.

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