El lagarto que no obedece a Darwin
Los reptiles de la isla de Martinica son la excepción al ‘Origen de las especies’
Publicidad
Los lagartos de la Martinica, en el mar Caribe, se saltan las leyes de Darwin. A pesar de que sus ancestros han vivido separados durante millones de años, estos animales siguen siendo genéticamente compatibles, es decir, una sola especie de acuerdo al concepto clásico. El hallazgo, publicado en PLoS Genetics, presenta la excepción a la regla que Darwin formuló en su mítica visita a las islas Galápagos.
Publicidad
Durante su viaje a bordo del Beagle, Charles Darwin tomó como ejemplo al pinzón para pergeñar su teoría de cómo surgen las especies. Los diferentes linajes que vivían en islas separadas iban acumulando diferencias durante muchas generaciones hasta un punto de no retorno. Si esos pinzones que habían evolucionado separados durante miles de años volvían a encontrase, no podrían tener descendencia porque ya no serían la misma especie. Se trata de la especiación por aislamiento geográfico, que sigue siendo un firme baluarte de la biología y la genética en todo el mundo, pero que, como cualquier otra teoría, tiene flecos sueltos.
La Martinica es un laboratorio perfecto para poner a prueba esta teoría, pues esta isla francesa estaba separada en cuatro trozos de tierra hace ocho millones de años, cuando llegaron los actuales ancestros del Anolis roquet, lagartos conocidos como anoles. El equipo de Roger Thorpe, de la Universidad de Bangor (Reino Unido), tomó muestras de tejido de la cola de cientos de lagartos de toda la isla, desde los que viven en las paradisíacas playas a los que habitan las zonas más rocosas y áridas. Los análisis de su ADN comprobaron que todos descienden de los cuatro linajes que habitaban cada uno de los fragmentos en los que estaba dividida la isla.
Cuando analizaron el número de cambios genéticos en el genoma de los animales, descubrieron que no tenían diferencias suficientes para ser considerados especies distintas, y que, a lo largo de la historia, ha habido cruce entre las poblaciones después de que las erupciones volcánicas juntasen los trozos de Martinica. De hecho, las diferentes poblaciones que hoy habitan la isla son más diferentes entre sí que las poblaciones originarias que vivían separadas.