Japón alarga la vida de sus centrales hasta los 60 años
La norma propuesta por el Gobierno retrasaría el apagón nuclear hasta 2069
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A pesar del desastre de Fukushima, al Gobierno japonés le va a costar abandonar la energía nuclear. Tokio había asegurado a principios de este mes que promovería una legislación que desconectara todos los reactores nipones de la red en cuanto cumplieran cuatro décadas de vida útil. Sin embargo, el Ejecutivo aseguró ayer que esa nueva normativa abrirá la puerta a que cumplan 20 años más, siempre y cuando la central esté en perfecto estado de revista.
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"No cambiará el hecho de que el número de reactores se irá reduciendo, y también la dependencia de Japón de ellos. Pero eso ocurrirá en un futuro inmediato", aseguró un portavoz gubernamental. El propio Gobierno había asegurado que no se levantarán nuevas centrales, para ir abandonando paulatinamente la energía atómica a medida que se cerraban las plantas y otro tipo de fuentes energéticas iban cubriendo su lugar. Esta normativa aplazará hasta el año 2069 el apagón nuclear en Japón, dado que en 2009 se puso en marcha el reactor 3 de la central de Hokkaido.
En la actualidad, sólo funcionan cinco de los 54 reactores nipones
El 6 de enero, el ministro para la crisis nuclear, Goshi Hosono, aseguró que aprobaría una ley que fijara en 40 años la vida máxima de los reactores nipones. Cabía la posibilidad de que se extendiera su operatividad, pero sería algo "muy raro", en palabras del propio Hosono, y en unas condiciones de exigencia altísimas para los operadores. Entre ellas, estos debían asumir muchas más responsabilidades en caso de accidente de las que contempla la actual legislación. Las compañías eléctricas japonesas reaccionaron duramente contra esta propuesta que les podía salir muy cara.
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Tokio asegura que la nueva ley es similar a la que rige en EEUU. España acaba de retirar la limitación de 40 años.
En la actualidad están funcionando cinco de los 54 reactores con que contaba Japón el 11 de marzo, el día que se desató la mayor catástrofe nuclear desde Chernóbil. Esto implica que sólo se está produciendo el 10,3% del total de energía atómica con la que podría contar el país asiático, lo que ha llevado a los ecologistas nipones a señalar que la energía atómica no es imprescindible. A final de mes, otros dos reactores se detendrán por mantenimiento.
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El cierre alemán costará 1,7 billones de euros, según un estudio
También ayer, la autoridad reguladora aprobó las pruebas de resistencia de la central de Fukui, con todos sus reactores inactivos, en una reunión que fue in-terrumpida por activistas antinucleares. Desde el accidente, la opinión pública ha dado un vuelco hacia una imagen negativa de la energía atómica que dificulta la tarea de las autoridades regionales de autorizar el encendido de los reactores parados tras el terremoto. El 23 de enero, la Organización Internacional para la Energía Atómica visitará Japón para revisar el buen estado de sus centrales, lo que permitiría a los gobernadores defender la reanudación de su actividad.
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El anuncio de Japón se produce un día después de que se hiciera público un informe de Siemens que cifra en 1,7 billones de euros lo que le costaría a Alemania su apagón nuclear, previsto para 2022.