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Durban se olvida del clima y se limita a fijar un calendario

La cumbre se cierra sin establecer nuevos límites de emisiones y sólo crea una hoja de ruta: llegar a un acuerdo en 2015 para comenzar a reducir CO2 en 2020. Organizaciones ecologistas y científicos critican que no se afronte ya el

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El mayor puerto exportador de carbón del mundo, Richards Bay, a dos horas en coche de Durban, seguía ayer enviando calentamiento global al planeta como símbolo de que todo sigue igual tras la cumbre del clima de la ONU en la ciudad surafricana.

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El pacto entre los enviados de 195 países se cerró a las 4.23 del domingo hora peninsular española, cuando ya amanecía, con una vaga hoja de ruta hacia un indefinido acuerdo global para reducir las emisiones que estaría listo en 2015 y entraría en vigor en 2020. Las fechas son el primer fracaso. En otra cumbre en Bali en 2007 también se engendró una hoja de ruta para tener un acuerdo en 2009 en Copenhague. No se consiguió, por el bloqueo de EEUU y China. Son seis años perdidos en la lucha contra el cambio climático.

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La ONU ya había acordado en 2007 un pacto similar para 2009

"Es un momento histórico", declaró el ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolek, inmediatamente después de lograr el pacto, mientras decenas de personas dormían tiradas por el suelo en el centro de convenciones.

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La UE llegó a Durban con dos líneas rojas: El acuerdo climático debía incluir por primera vez a todos los países y debía ser jurídicamente vinculante. "Lo tenemos", proclamó exultante la comisaria europea de Cambio Climático, la danesa Connie Hedegaard, tras el plenario maratoniano. "Hemos vencido el órdago en Durban. Hemos logrado un éxito político de primer orden", opina la secretaria de Estado de Cambio Climático española, Teresa Ribera.

El acuerdo supone el fin de la división del mundo entre países industrializados y en desarrollo. Todos tendrán que asumir la reducción de emisiones bajo un mismo paraguas legal en 2020. En los estertores de la cumbre, la UE asociada con el grupo africano, los países más pobres de Asia y los estados isla amenazados por la subida del nivel del mar consiguió parar una ráfaga de intentos de EEUU, China e India para que el acuerdo no incluyera fecha de entrada en vigor o no fuera jurídicamente vinculante. A cambio, la UE ofreció una prórroga del Protocolo de Kioto, donde sólo le acompañarán Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Australia.

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La UE logra una prórroga de Kioto pero sin Rusia, Canadá ni Japón

El primer periodo del protocolo, el único tratado internacional de reducción de emisiones en vigor, acaba en 2012. La segunda parte se ratificará el año que viene en Catar y entrará en vigor en 2013. Su fecha de caducidad, 2017 o 2020, está todavía por decidir. Sólo vigilará el 15% de las emisiones, pero permitirá que sigan con vida los mercados de compraventa de derechos para emitir CO2, creados para forzar la transformación hacia una economía verde, pero con lagunas que han permitido fraudes masivos.

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Cada uno de los países con mayores emisiones, hoy sólo sometidos a la ley de la selva, tiene sus razones para el bloqueo. La Administración de Barack Obama afronta las elecciones presidenciales el año que viene y una opinión pública cada vez más escéptica frente al cambio climático. El favorito para ser candidato republicano, Newt Gingrich, ha dicho que aparecer en 2008 en un anuncio contra el calentamiento global es "probablemente la cosa más tonta" que ha hecho en los últimos años.

China, por su parte, no quiere que nadie se inmiscuya en su política nacional ni husmee en su desarrollo. India, finalmente, es el tercer mayor emisor del planeta, pero su situación es radicalmente diferente a la de los demás. Emite tan sólo 1,7 toneladas de CO2 per cápita, frente a las casi seis de China, las casi diez de Alemania o las 17 de EEUU.

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España defiende el acuerdo como "éxito político de primer orden"

Tras la batalla diplomática, la llamada Plataforma de Durban propone una hoja de ruta hacia un futuro "protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal aplicable a todas las partes". La tercera opción, forzada por India y vista con buenos ojos por EEUU, es otro de los agujeros de la cumbre surafricana. En esa enrevesada fórmula cabe casi de todo. Hasta la comisaria europea admitió que las negociaciones sobre qué quiere decir este rompecabezas coletearán hasta diciembre de 2015.

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Para el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, "la mala noticia es que los bloqueadores, liderados por EEUU, han tenido éxito en la inserción de una cláusula fundamental que podría evitar que el próximo gran acuerdo climático sea legalmente vinculante".

Pero, más allá de la forma legal del futuro acuerdo, el gran boquete que deja la cumbre es el de los insuficientes compromisos de reducción de emisiones. "La labor de los gobiernos es proteger a su gente. Y aquí en Durban no lo han logrado", ha criticado Samanta Smith, portavoz de WWF, la mayor organización conservacionista del planeta. La ONG considera "inaceptable que los gobiernos no hayan hecho prácticamente nada en Durban" y culpa del fracaso a EEUU, Japón, Rusia y Canadá. Los tres últimos se han negado a asumir nuevos compromisos de reducción de emisiones de CO2 en la segunda parte de Kioto.

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El acuerdo no frenará un ascenso peligroso de las temperaturas

Con los recortes voluntarios anunciados hasta el momento por EEUU, China y el resto de grandes emisores, la temperatura del planeta se disparará 3,5 grados hacia 2100. Las promesas se revisarán presumiblemente en 2014 tras la publicación de un informe científico de la ONU.

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"No veo nada en estas negociaciones que pueda evitar que el calentamiento vaya más allá de los dos grados", censuró en Durban el director del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner, según la revista New Scientist. "Para conseguirlo se requeriría que las emisiones mundiales de CO2 alcanzaran su pico alrededor de 2020, pero ahora parece que ni siquiera tendremos un acuerdo en vigor hasta 2020", lamentó.

"Ahora por fin existe el compromiso de hacer la tarea. Se puede hacer excelente, bien, regular o mal. Nosotros intentaremos que sea excelente", señala Teresa Ribera.

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