Las dificultades en el día a día de un niño con diabetes
“La enfermedad de mi hija nos ha condicionado la vida totalmente”
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Madrid.- Martina vive en A Coruña, tiene ocho años y hace cinco le diagnosticaron diabetes tipo 1. Como ella, entre 1.100 y 1.200 niños son diagnosticados de media cada año de esta enfermedad crónica en España. Según los datos de la Federación Española de Diabetes (FEDE), 29.000 niños y adolescentes menores de 14 años sufren diabetes tipo 1.
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Se trata de una enfermedad que afecta al día a día del paciente, debido a la necesidad de modificar algunos de sus hábitos y que puede suponer ciertas dificultades, especialmente cuando aparece en niños en edad escolar.
Un 84% de los padres reclama a los centros escolares mayor información sobre la enfermedad para el personal docente y el 70% reclama un enfermero en el colegio
Según un estudio sobre las necesidades del niño con diabetes en edad escolar (2014-2015) realizado por la Fundación para la Diabetes, un 84% de los padres reclaman a los centros escolares mayor información sobre la enfermedad para el personal docente y el 70% reclama un enfermero en el colegio.
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"Algunas personas no son capaces de entender la relación entre la necesidad de la enfermedad y el bienestar aparente del niño”
“Cuando la niña empezó con la bomba de insulina, se desplazaron del hospital para enseñar el funcionamiento a su profesora”, explica Marta, la madre Martina, que señala que “aunque en el colegio no hay servicio médico, los profesores se han volcado al 100%”. Una situación que no siempre es así ya que, en ocasiones, la niña se encuentra con profesores a los que “les cuesta más entender la enfermedad”. “La diabetes tiene un problema y es que el niño no tiene apariencia de enfermo. Algunas personas no son capaces de entender la relación entre la necesidad de la enfermedad y el bienestar aparente del niño”.
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“La enfermedad de mi hija nos ha condicionado la vida totalmente”
El problema se extiende a la hora de comer. Según la Fundación para la Diabetes, el 71% de los niños no come en el colegio, ya sea por la necesidad de aplicar la insulina o por la falta de adecuación del menú a las raciones apropiadas para el niño. No es el caso de Martina. Ella come a diario en el comedor escolar, una situación que obliga a su madre a acudir al centro a hacerle un control de glucemia a la hora de comer, además del que ya le realiza a media mañana . “A la hora de comer voy a su clase, le mido la glucosa y le pongo el bolo de la insulina. En base a eso y según el menú del comedor, establezco lo que tiene que comer”.
“En torno al 70% y 80% de los casos, uno de los padres de niños con diabetes tiene que dejar de trabajar o cambiar los horarios”
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Unos problemas añadidos a la patología a los que hay que sumar la adaptación por parte de los propios padres. Según explica Lorenzo, como consecuencia a todo esto “en torno al 70 y 80% de los casos, uno de los padres de niños con diabetes tiene que dejar de trabajar, reducir su jornada laboral o cambiar los horarios”. “Al final tienes un padre o una madre que está todo el día dando vueltas alrededor del colegio por si al niño le pasa algo”, añade.
Proposición en el Congreso
"Uno de los grandes problemas en España es que no existe ninguna ley a nivel nacional que garantice los derechos, la educación o la atención del niño diabético en el colegio", explica Andoni Lorenzo.