¿Cómo trabajan los coches de Google y qué datos han recogido?
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¿Qué es Google Street View?
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Google lanzó Street View en 2007 en EEUU. Una flota de vehículos se puso en marcha para recorrer las calles tomando fotografías por medio de cámaras de 360 grados. La idea era dotar a sus servicios geográficos Google Maps y Google Earth de una capa en la que los usuarios pudieran ver una imagen real ‘a pie de calle’ de los mapas. Gracias a un sistema de localización por GPS que llevan incorporado, las cámaras pueden etiquetar las fotografías para ubicarlas sobre el mapa. Tras la toma de las imágenes, Google las procesa y une para dar continuidad a la escena, lo que permite ‘navegar’ por la realidad.
¿Qué datos han grabado los vehículos?
A finales de abril, durante una inspección, las autoridades alemanas descubrieron que los coches, además de las cámaras y el GPS, llevaban una antena de rastreo y recogida de datos de las redes WiFi de los vecindarios por donde pasaban. En su primera versión, del 27 de abril, Google aseguró que sus vehículos sólo recogían datos de las redes (como su dirección IP, que las identifican en internet, su posición, la potencia de la señal o el número del router desde el que se conecta). Pero la semana siguiente reconocieron que también grabaron, al menos parcialmente, la información que circulaba por ellas, como direcciones de correo, historial de navegación, contraseñas...
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¿Qué alega la compañía ante la polémica?
Google siempre ha dicho que todo es fruto del error. Un diseñador había programado en 2006 un sistema para recoger datos de redes WiFi. Google asegura que los ingenieros que diseñaron Street View incluyeron esta porción de código informático en la versión final de programa. El buscador también alega que la información era de carácter parcial (al estar el coche en movimiento). Además, dice, sólo grabaron datos de las redes que no están protegidas o con las comunicaciones cifradas. En su descargo, el buscador insiste en que, tras enviarlos a sus servidores centrales, los datos eran archivados de forma agregada, negando que se guardara información concreta sobre personas u hogares. Por último, y como baza ante posibles problemas legales, reitera que nunca hubo intención de rastrear las comunicaciones de los usuarios.
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¿Adónde ha ido a parar la información?
Todos los datos recogidos por los vehículos está almacenada en varios servidores de Google. La compañía anunció que destruiría esa información. Así lo hizo en el caso de Irlanda. Pero la mayoría de las autoridades de protección
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europeas, además de la canadiense y la australiana, exigieron al buscador que los conservara para poder analizarlos durante los procedimientos de inspección que han abierto. Google entonces ofreció un acceso online al material. Así lo hizo al menos para la Agencia Española de Protección de Datos. Pero, como dijo su director, Artemi Rallo, a ‘Público’, la solución ofrecida por Google a los inspectores de la agencia no les ha satisfecho. Quieren que les entreguen los discos duros (en realidad una imagen de los mismos, copia idéntica e íntegra de su contenido). Por su parte, los coches de la compañía han reiniciado su marcha en países como Reino Unido.