Cinco años mirando el universo con los ojos de ALMA
¿Cómo ha revolucionado ALMA nuestro conocimiento?
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SANTIAGO DE CHILE.- Sergio Martín pasó todos sus años como estudiante de Física en la Universidad Complutense de Madrid, y después, durante su doctorado, escuchando hablar de un radiotelescopio todavía en proyecto, y más tarde en construcción, que iba a revolucionar todo lo que se sabía sobre el universo: ALMA.
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La luz más allá del infrarrojo ofrece imágenes del universo muy distintas que las que estábamos acostumbrados a ver
Sus 66 antenas de radio ultraprecisas, de 7 y 12 metros de diámetro, pueden desplazarse por el desierto hasta 16 kilómetros de distancia, y están interconectadas para operar al unísono como un solo telescopio gigante.
Para este astrofísico, el radiotelescopio, que es una asociación internacional entre Europa, Norteamérica y Asia del Este en colaboración con la República de Chile, supone una revolución de varios órdenes de magnitud. Antes solo se podía estudiar en profundidad la formación de estrellas en nuestra galaxia. “ALMA también permite hacerlo en galaxias cercanas, ofreciendo imágenes sin igual del universo temprano y de aquellas primeras galaxias que se formaron poco después del Big Bang”, continúa.
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¿Cómo ha revolucionado ALMA nuestro conocimiento?
“Antes de ALMA contábamos con modelos teóricos, pero no con datos suficientemente profundos”, dice el astrofísico.
“Es un objeto relativamente joven que presentaba trazas de planetas en formación. Nadie esperaba encontrar algo así en un objeto tan joven y eso sorprendió a los teóricos. Además, plantea un interrogante porque no se sabe si las trazas van a dar lugar a la formación de planetas o si ya hay planetas formados que han generado esas trazas”, explica Itziar de Gregorio Monsalvo, jefa de proyectos de ALMA desde 2006, también española.
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El proyecto más interesante que se plantea en los próximos años estudiará el agujero negro que se encuentra en el centro de la Vía Láctea
“Las observaciones se hacen por interferometría y luego se combina toda la información recabada para simular un telescopio del tamaño de la Tierra”, explica Martín. ALMA, en su configuración más extendida, puede llegar a 16 kilómetros; pero de esta manera la línea basal sería de 10.000 kilómetros, suficiente para detectar una pelota de golf en la superficie de la Luna.
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Múltiples gafas para mirar el universo
Pero ¿cómo se complementa ALMA con otros grandes telescopios que ya existen o están en construcción?
“Estamos pasando de la época de los telescopios a la era de los megaobservatorios. En cada uno de los campos se están construyendo nuevos proyectos que llevan al límite la capacidad de observación en cada rango. ALMA, por ejemplo, ha dado un salto de dos órdenes de magnitud frente a cualquier instrumento anterior”, señala Martín.
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Las horas que se cederán a la investigación internacional en ALMA pasarán en los próximos años de 3.000 a 7.000
Uno de los retos del ALMA era acercar el impenetrable campo de la radioastronomía a una comunidad más amplia de científicos, como indica Xavier Prochaska, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de California Santa Cruz, EE UU. “Mi investigación anterior se basaba en telescopios ópticos, pero ahora estoy usando los datos de ALMA para estudiar el gas en el universo distante. El poder transformador de ALMA va a tener un gran impacto en mi trabajo”, explica. “Ha tenido un coste muy alto, de más de 1.000 millones de euros, pero ha sido un triunfo”, afirma.