La ciencia de los pelirrojos
Neandertales, radiación y vitamina D
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MADRID.- Otro festival del verano que cuelga el rótulo de sold out. Si añadimos que el evento tiene lugar en el centro de Londres, el hecho se vuelve aún menos noticiable. Lo peculiar es que el cartel de este festival no incluye a los grupos más punteros del panorama indie, ni las propuestas cinéfilas más prometedoras del año: en esta fiesta hay pelirrojos.
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El 17 de septiembre en Londres se celebra el Orgullo Pelirrojo, pero ¿qué sentido tiene echarse a las calles a reivindicar un color de pelo?
Aunque este año es el primero que se conmemora enl a city, el germen surgió en Holanda hace aproximadamente una década: “Un fotógrafo publicó un anuncio solicitando personas pelirrojas para un casting y la asistencia fue masiva”, cuenta Omar Fornataro, fundador de Pelirrojos Club en Argentina.
Hace unos años, a colación de un capítulo de la serie de animación South Park, en el que se propone, de forma irónica, la creación del Día mundial de patear a un pelirrojo, 5.000 personas apoyaron, en las redes sociales, la implantación real de esta efeméride. Aunque en la red nunca se sabe qué es verdadera defensa y qué simple voyerismo, lamentablemente no son una excepción las personas con esta pigmentación que relatan haber sufrido en su vida episodios de bullying.
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En la Edad Media, las mujeres con cabellos rojos eran consideradas brujas y en el siglo XX Hitler quiso prohibir el matrimonio entre pelirrojos
Como pasa con cada fenómeno incomprendido, la ignorancia les ha obligado a vérselas con la superstición. Muchos pelirrojos naturales cuentan cómo es una escena habitual que la gente se toque un botón cuando aparecen “para evitar la mala suerte”. Una costumbre heredada, se cree, de la época del Imperio romano.
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Neandertales, radiación y vitamina D
La primera pregunta es más sencilla. “Nuestra cadena genética tiene de 50 a 70 genes involucrados en la pigmentación, pero solo uno de ellos es el responsable de que existan los pelirrojos: el MC1R. Cuatro o cinco variantes de este gen impiden al cuerpo la producción del tipo más común de melanina, la eumelanina, de color marrón oscuro. Las personas con estas mutaciones solo pueden fabricar la otra clase de melanina existente: la feomelanina, de color rojo”, explica a Sinc Conrado Martínez Cadenas, investigador en genética de la Universidad Jaume I (Castellón).
La segunda respuesta es menos contundente. “No se sabe bien cuándo apareció”, contesta Martínez Cadenas, dejando abierta la puerta a la conjetura. “Hay estudios que sitúan el origen hace 500.000 años, pero no se conoce con seguridad. Se han encontrado alguna de las mutaciones propias de los pelirrojos al secuenciar el genoma de los neandertales, la especie anterior al Homo sapiens, que vivió desde hace 500.000 años hasta que se extinguieron hace unos 40.000, y pobló, principalmente, zonas de Europa y Oriente Medio”, añade.
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Las personas con ciertas mutaciones en el gen MC1R solo pueden fabricar una clase de melanina de color rojo
Sin embargo, lo que en el paisaje nublado de Irlanda supone una ventaja, de seguir viviendo salvajemente sería una sentencia de muerte en el ecuador. “En las zonas cercanas al trópico la gente tiene que ser muy oscura para defenderse de la radiación solar, así que todos tienen la misma variante, la que produce mucha eumelanina. En África no existen las variantes pelirrojas del gen MC1R. De hecho, en Inglaterra, Noruega y Suecia el sistema sanitario prescribe suplementos de vitamina D a los niños que tienen un color de piel distinto del blanco”, afirma Martínez Cadenas.
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El cáncer se produce por mutaciones en el ADN de las células epiteliales, dañadas por los rayos del sol que atraviesan la piel y rompen el genoma del núcleo. “El problema de los pelirrojos es que no producen eumelanina que les proteja de la radiación. Los rayos UV lesionan las células, estas tienen problemas para replicarse y, con el tiempo, pierden el control y se forma un tumor”, resume Martínez Cadenas.
Una mutación delicada
“Estudios en ratones prueban que la probabilidad de que los pelirrojos padezcan melanoma es independiente de su exposición a radiación UV: la producción de feomelanina sería en sí misma un factor de riesgo para el cáncer”, añade Ismael Galván, investigador del departamento de Ecología Evolutiva de la Estación Biológica de Doñana perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
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Y dentro de su desprotección, ellos lo están aún más que ellas. Las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) son las responsables de que las mujeres produzcan más cantidad de melanina, lo que se traduce en un color ligeramente más oscuro en piel, pelo y ojos que los varones con la misma variedad genética.
Más fuerte que el rubio, más débil que el moreno
Por su pequeño número y quizá alimentados por esta aparente fragilidad que les da la genética, la idea de la extinción de los pelirrojos ha sido recurrente, más allá de aquella ocurrencia delirante del tercer Reich. En 2014, la revista National Geographic publicó un artículo del que se hicieron eco varios medios, en el que advertía de que un aumento de las temperaturas debido al cambio climático acabaría con la ventaja de la tez blanca de los pelirrojos en los países del norte. El genetista Adam Rutherford desmintió este peligro en el periódico británico The Guardian, donde atribuyó el error a la interpretación de ‘gen recesivo’.
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Un gen recesivo es un gen no dominante, o lo que es lo mismo, necesita que ambas copias tengan la misma mutación para expresarse –somos seres diploides, es decir, tenemos una copia genética de cada uno de nuestros progenitores–. Según explica Martínez Cadenas, el gen sí que es recesivo frente al pelo moreno, pero dominante frente al rubio: “Se cree que en los países con más rubios, el número de pelirrojos es mayor porque se manifiesta cuando el otro progenitor es de pelo más claro y se esconde al combinarse con otro más oscuro”.
La mutación hipster
Entre las intrigas que suscita esta comunidad, hay un fenómeno bastante habitual: hombres morenos o rubios cuyas barbas son pelirrojas. “La misma genética hace que se exprese más una variante en unos tejidos que en otros. No se sabe por qué ni cuáles son estas variantes involucradas. Pasa también que las personas rubias suelen tener los pelos de la barba, las axilas, pubis o pecho mucho más oscuro que el pelo de la cabeza”, zanja el experto en genética.
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Los irlandeses son los más atraídos por las pelirrojas y las españolas, las que mejor valoran a un hombre de cabello color fuego
Todavía más pintoresca es la clasificación que propone Arthur Conan Doyle en su libro de las aventuras de Sherlock Holmes, La liga de los pelirrojos: “Jamás pensé que hubiera en el país tantos pelirrojos como los que habían acudido atraídos por aquel solo anuncio. Los había de todos los matices: rojo pajizo, limón, naranja, ladrillo, de perro setter, rojo hígado, rojo arcilla… pero […] no había muchos que presentaran la auténtica tonalidad rojo fuego”.
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En 2016, parias del Whatsapp
La última batalla de los pelirrojos es virtual. Los emoticonos han pasado a formar parte de nuestra comunicación de un modo a veces tan potente como el abecedario. Para elaborar mensajes podemos elegir entre pequeños personajes rubios, morenos, negros y ¿pelirrojos? Pues no. Una petición de change.org con casi 19.000 firmas pretende elevar la queja a Apple para que deshaga este agravio. La discriminación en la era de internet es esto: quien no está en las redes, no existe.
Y si los pelirrojos son un misterio, cuánto más su mestizaje. Una de las exposiciones fotográficas del Red Head Day muestra como las mezclas de genes desdibujan los arquetipos raciales dando lugar a bellísimas combinaciones de personas que, simplemente por sus rasgos, son imposibles de ubicar en ningún mapa. Ventajas de un mundo globalizado.