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Alemania cierra 4.700 granjas por tener piensos contaminados

No hay constancia de que ningún producto afectado haya llegado a España, según Sanidad

PATRICIA BAELO

Alemania está conmocionada. Desde que se desató la crisis de las vacas locas en 2001, no había habido un caso semejante. Unas 4.700 granjas avícolas y porcinas alemanas (la mayoría en Baja Sajonia, al noroeste del país) han tenido que echar el cierre después de comprobarse que estaban alimentando a sus animales con piensos contaminados con dioxinas. Se trata de unos compuestos químicos obtenidos a partir de procesos de combustión que implican al cloro, y que constituyen una de las sustancias más tóxicas y con un alto potencial cancerígeno para el ser humano.

Sin embargo, el Ministerio de Agricultura y Consumo germano aseguró que hasta el momento no hay riesgo para la salud. Asimismo, fuentes del Ministerio de Sanidad español aseguraron a Público que hasta hoy no había constancia de que ninguno de los productos contaminados hubiera llegado a España, informa Antonio González. Según la Comisión Europea, los piensos contaminados no se han distribuido fuera de Alemania.

Los animales (en su mayor parte cerdos) fueron contaminados al ingerir piensos elaborados con grasas adulteradas y distribuidas por la empresa Harles & Jentzsch entre el 11 de noviembre de 2010 y finales de diciembre. Las recientes pruebas de laboratorio dan fe de que alrededor de 25 fabricantes mezclaron sus piensos con grasas vegetales contaminadas con dioxinas. La dosis de dioxinas que contenían las grasas de la compañía eran hasta 78 veces superiores a lo permitido, según los expertos: un total de 58,17 nanogramos, frente a los apenas 0,75 permitidos por la ley, apuntó el departamento de Agricultura del estado de Schleswig-Holstein, que ha analizado 30 piensos diferentes de los cuales 18 sobrepasaron el límite.

La propia compañía ya habría encontrado resultados positivos por el doble de dioxinas de las permitidas en marzo pasado, aunque lo ocultó a las autoridades, según el diario Hannoversche Allgemeine Zeitung. El caso no salió a la luz hasta el 27 de diciembre. Dos días más tarde, las autoridades de Schleswig-Holstein se incautaron de los piensos y pasaron el caso a la fiscalía, que no tardó en abrir diligencias contra la empresa. 'Si la empresa tenía sospechas de que sus productos estaban contaminados con dioxinas y no informó a las autoridades, es un crimen de mayor grado y una irresponsabilidad total', señalaba la titular germana de Agricultura y Consumo, Ilse Aigner.

De hecho, un total de 150.000 toneladas de piensos tóxicos podrían haber contaminado cantidades ingentes de huevos y de carne de cerdo y aves. Por el momento, todas las granjas que tenían relación con la compañía han sido cerradas por prevención. Asimismo, los productos fueron retirados lo más rápidamente posible del mercado. En Baja Sajonia, unos 100.000 huevos fueron destruidos y en Turingia se confiscaron 6,6 toneladas de carne. Eslovaquia ha prohibido la compra de huevos y carne de ave importada de Alemania.

No obstante, la ministra insiste en que de los exámenes que se han realizado sobre los huevos, sólo un tercio contenía trazos de dioxina ligeramente superiores al límite. También en Baviera cesó parcialmente la alarma: los 410.000 huevos distribuidos a una gran superficie presentaban cantidades ínfimas e inocuas, según la Oficina federal de Salud y Seguridad Alimentaria.

En cuanto a los productos exportados, la Comisión Europea confirmó que Alemania había mandado varios lotes de huevos contaminados a Países Bajos, uno de los cuáles fue a su vez reenviado a Reino Unido y mezclado con otros productos para alimentación animal.

Los huevos afectados que fueron distribuidos en el Reino Unido no presentan riesgos para la salud, según las autoridades sanitarias de este país. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario todavía está a la espera de que se verifique 'que no haya productos contaminados' exportados a otros países de la Unión Europea, explicó el portavoz de Salud de la Comisión, Frédérik Vincent.

Por su parte, los ganaderos afectados ya exigen ser indemnizados por los 25 fabricantes de piensos contaminados o, en su defecto, poder recibir ayuda de un fondo estatal. Las pérdidas semanales del sector se sitúan ya entre 40 y 60 millones de euros, según la Federación Alemana de Agricultores y Ganaderos.

 

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