La prueba del talón Adiós a la gran científica Gabriela Morreale
La contribución de esta científica italoespañola, estudiosa del yodo e inventora de la prueba del talón, la elevó como una de las más importantes investigadoras a nivel mundial.
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madrid, Actualizado:
La científica italoespañola Gabriela Morreale, falleció el pasado día 4 de diciembre en Madrid a los 87 años. Una pérdida de gran importancia para la ciencia pues, aunque su nombre no resulte conocido ni se sitúe a la altura de sus méritos, fue la precursora de la endocrinología moderna y una de las más importantes investigadoras a nivel mundial.
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Además, fue jefa de la sección de Estudios Tiroideos del Instituto Gregorio Marañón, entre 1963 y 1975. Y todo durante la dictadura franquista, lo que añade más mérito a su lucha y aportación científica.
Gracias a la prueba del talón se pueden evitar trastornos neuronales en los niños como la hiperactividad
Los inicios de sus investigaciones se centraron en el bocio endémico. Trabajó en las zonas donde ésta enfermedad era endémica para encontrar qué la causaba y averiguar una cura. Así, demostró que los numerosos casos de bocio en las Alpujarras (Granada) estaba directamente relacionados con el déficit de yodo.
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Fue a este mineral al que dedicó su vida. De hecho rechazó ofertas como investigadora en el extranjero para centrar sus estudios en la escasez de yodo en los alimentos a causa del tipo de suelo que hay en España.
De hecho, tras doctorarse en Holanda, regresó en 1958 para fundar junto a su marido, Francisco Escobar del Rey (1923-1950), la Unidad de Estudio de Tiroides en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
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Mucha indiferencia y pocas ayudas
La investigadora logró poner luz a un problema frente a la indiferencia de una sociedad, sin apenas ayuda estatal y haciendo frente a condiciones adversas. De este modo reveló que, si se sufre deficiencia de yodo durante el embarazo, el sistema nervioso del recién nacido se ve afectado de forma irreversible.
Es por ello que insistió de forma incesante en la necesidad de acabar con el déficit de esta sustancia ya que demostró que es un elemento necesario para la producción de hormonas de la glándula tiroides. Morreale luchó por regular esta carencia en las mujeres embarazadas exigiendo que se les recetara aportes de este mineral.
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Morreale dedicó su vida a estudiar los efectos negativos de la escasez del yodo
Así fue como dio con su aportación más importante: la prueba del talón. Gracias a ella sería posible detectar anomalías en los niveles de yodo de un recién nacido mediante una extracción de sangre. De este modo se podrían comenzar tratamientos en los recién nacidos que tuvieran carencias de este mineral para evitar trastornos neuronales en los niños como el cretinismo, hiperactividad o coeficientes mentales inferiores a la media.
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Unicef reconoció esta prueba y empezó a utilizarla en todo el mundo, mientras que la OMS recogió como derecho el consumo de yodo durante el embarazo y la primera infancia.
La que fuera Profesora de Investigación del CSIC, nunca dejó de formarse, prueba de ello es que en 2001 se doctoró en medicina en la Universidad de Alcalá.
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A lo largo de su vida obtuvo galardones como el Premio Nacional de Investigación en Medicina (1977); Premio Severo Ochoa de Investigación Biomédica (1989) Premio Nacional de Investigación Médica Gregorio Marañón (1997); Premio Serge Lissitzy de la Asociación Europea de Tiroides (2009).