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Acidificación oceánica, el alto precio de mitigar el cambio climático

20 años de investigación

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Un barco científico investiga la variación del pH del agua del Atlántico.- E.P

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MADRID.-“Reducir al mínimo los efectos de la acidificación de los océanos y hacerles frente, incluso mediante la intensificación de la cooperación científica a todos los niveles”. Es el punto 3 del objetivo Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos y mares, uno de los diecisiete que conforman los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, propósitos que los países miembros aprueban esta semana en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. Pues bien, de momento, cooperación científica, sí, mitigación de la acidificación oceánica, no.

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El mayor peligro de un descenso de pH de las aguas recae sobre las especies marinas calcáreas

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Tal y como explica la profesora de investigación y académica de la Real Academia Galega de Ciencias, Aida Fernández Ríos, quien lidera esta investigación, “en 2004 se observó que la mayor acumulación de CO2 antropogénico se sitúa en el Océano Atlántico. Nos propusimos, por una parte, determinar la evolución de la concentración de CO2 antropogénico en el Atlántico en las dos últimas décadas y establecer en qué zonas y en qué capas de las masas de agua se da una mayor disminución del pH”. La investigación ahora publicada señala que todas las masas de agua se han visto afectadas. “Actualmente el pH de la capa más superficial del océano ha descendido alrededor de 0,1 unidades desde la época preindustrial, y se espera un descenso de hasta 0,5 unidades en en el año 2100, según el 5º informe del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change)”, comenta la científica.

20 años de investigación

Se trata del primer estudio a largo plazo sobre variación del pH en este océano, una investigación que forma parte, por un lado, de la CATARINA, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad, y por otro, del proyecto CARBOCHANGE, financiado por el Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea (2007-2013). Para el desarrollo de la investigación se ha contado, además, con la participación de las universidades de California, Vigo y Bremen, así como con la colaboración de la National Oceanographic and Atmospheric Administration (NOAA).

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“Para reducir al mínimo los efectos de la acidificación, se requiere un descenso global de las emisiones de CO2"

A este proceso se suman los numerosos estudios sobre los efectos en organismos marinos: “Se han realizado bastantes estudios del efecto de la acidificación en organismos con caparazones calcáreos, como los cocolitofóridos en los que se observó una reducción en la calcificación y producción de materia orgánica. Especies como las larvas de erizo presentaron deformidades de alrededor del 20%, aunque una gran proporción presentaron crecimiento normal, lo cual indica que esta especie es capaz de aclimatarse. Otros experimentos realizados en laboratorio fueron el cultivo de moluscos que mostraron descensos de calcificación de hasta el 25%, al someterlos a los niveles de CO2 atmosférico previstos para 2100”, explica Fernández Ríos.

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