El 'abuelo' de los diplodocus caminaba sobre dos patas
El hallazgo de un ancestro de los tiranosaurios en Argentina ilumina el origen de los grandes grupos de dinosaurios
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Un grupo de investigadores americanos ha encontrado en el desértico Valle de la Luna, en el norte de Argentina, una fotografía tomada hace 230 millones de años. El equipo ha desenterrado los restos fósiles de un dinosaurio muy primitivo hasta ahora desconocido, Eodromaeus murphi, que consideran un ancestro lejano de los tiranosaurios.
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El hallazgo, huesos de dos individuos diferentes que forman un esqueleto casi completo, muestra un animal pequeño, de apenas un metro de longitud y entre cuatro y siete kilogramos de peso. "Es realmente la primera imagen que tenemos de la larga línea de carnívoros que habría culminado en los Tyrannosaurus rex, cerca del final de la era de los dinosaurios", explicó ayer uno de los autores, el paleontólogo Paul Sereno, de la Universidad de Chicago.
El análisis de los restos de este T-rex en miniatura ha servido a los investigadores, dirigidos por el argentino Ricardo Martínez, de la Universidad Nacional de San Juan, para cambiar de rama en el árbol de la evolución a otro dinosaurio, el Eoraptor, un bicho de tamaño similar descubierto por el mismo grupo en el mismo valle en 1991.
Hasta la fecha, la comunidad científica pensaba que el Eoraptor, que se alimentaba de vegetales, habría sido un ancestro de los carnívoros terópodos, como el T-rex o los velocirraptores. Ahora, en el estudio que publican hoy en la revista Science, el grupo de investigadores coloca al dinosaurio en la rama que habría dado lugar a los dinosaurios cuadrúpedos herbívoros y gigantes, los saurópodos, como los famosos diplodocus, que superaban los 25 metros de longitud.
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El catedrático de paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Luis Sanz, ajeno a este descubrimiento, cree que, más allá del nuevo esqueleto, el cambio de linaje del viejo Eoraptor es lo más interesante del nuevo estudio. Cuando los restos de estos animales quedaron sepultados, hace 230 millones de años, los dinosaurios ya estaban divididos en tres grandes grupos: los mencionados terópodos que darían lugar al T-rex, los sauropodomorfos que acabarían en el diplodocus, y los ornitisquios, los dinosaurios con armaduras, como los triceratops.
"El consenso científico dice que el ancestro común de todos ellos era pequeño y caminaba sobre dos patas, pero el caso del Eoraptor sería la primera evidencia de que esto era efectivamente así en el grupo de los sauropodomorfos", explica Sanz, que anunció hace tres meses el hallazgo en Cuenca de un dinosaurio jorobado que vivió hace 125 millones de años. "En paleontología, estas hipótesis van y vienen rápidamente, habrá que ver si se mantine", opina.
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Los responsables del hallazgo del Eodromaeus subrayan que los tres linajes de dinosaurios ya habían desarrollado sus principales características hace 230 millones de años en el Valle de la Luna. Sin embargo, no dominaban la región. Apenas representaban el 11% de todas las especies de vertebrados. Tuvieron que pasar otros 30 millones de años para que se hicieran los amos, lo que apoyaría la teoría de que no empujaron a otras especies hacia la extinción, sino que fueron ocupando los nichos que dejaban vacíos otros reptiles.