El modelo alemán exportado al resto de la Unión Europea
Doctor en ciencias políticas, portavoz del CADTM internacional. Autor de Bancocracia y Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad. Cuando se intenta explicar la actitud actual de los dirigentes alemanes frente a la crisis de la zona euro, se puede plantear la hipótesis de que una de las lecciones que sacaron de la absorción de Alemania del Este a comienzos de los años 1990, fué que las disparidades muy fuertes entre trabajadores pueden ser explotadas para imponer una política muy dura a favor de la patronal. En 2003-2005, la patronal alemana, ayudada por el gobierno socialista de Gerhard Schröder, consiguió imponer importantes sacrificios a los trabajadores. El coste salarial unitario real bajó cerca de un 10 % entre 2004 y 2008. Las empresas alemanas han optado por aumentar fuertemente su producción en los países de la UE donde los salarios son más bajos. El salario mensual mínimo legal bruto era, en 2014, de 174 € en Bulgaria, de 190€ en Rumani
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Doctor en ciencias políticas, portavoz del CADTM internacional. Autor de Bancocracia y Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad.
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Otros dirigentes socialistas, cuando llegaron al gobierno- como Zapatero en España, Socrates en Portugal, Elio di Rupo en Bélgica, Papandreu en Grecia o Brown en el Reino Unido - aplicaron medidas económicas de tipo neoliberal.
Fue a partir de la crisis de 2008-2009, que afectó duramente a la Eurozona, cuando se verificó una caída muy clara de los salarios reales de los países más afectados. Es lo que subraya Patrick Artus, analista del banco francés Natixis: «Se constata en los países en dificultades de la zona euro (España, Italia, Grecia, Portugal) un fuerte descenso de los salarios reales». Patrick Artus declara que la reducción de los salarios corresponde a una política deliberada de los dirigentes europeos y añade que, con toda evidencia, esta política no ha permitido relanzar la inversión en los países mencionados, ni hacer más competitivas las exportaciones de esos mismos países. Patrick Artus escribe que los efectos favorables: «de la reducción de salarios sobre la competitividad y por tanto sobre el comercio exterior o sobre la inversión de las empresas no han aparecido». Añade que esta disminución de los salarios tiene dos efectos claros: por una parte, aumenta la rentabilidad de las empresas, y por la otra, disminuye la demanda de las familias lo que refuerza la contracción de la economía.