Wert asume que los recortes afectarán a la calidad de la educación

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha reconocido esta tarde que el tijeretazo que aprobó el pasado viernes el Gobierno en materia de educación mermará la calidad del sistema de enseñanza pública del país. Preguntado al respecto durante la sesión de control al Gobierno en el Senado, Wert ha evitado garantizar que los recortes no vayan a suponer un empeoramiento en el sistema educativo.

"Las medidas no van a afectar significativamente en la calidad de la enseñanza", se ha limitado a decir el ministro en respuesta a la pregunta formulada por la senadora del PNV Rut Martínez,  después de que esta realizara un repaso de las principales inicicativas adoptadas por el Ejecutivo en el real decreto aprobado el viernes. Había citado, por ejemplo, el incremento de las tasas universitarias, o la modificación del sistema de sustitución de los profesores en las enseñanzas obligatorias. Wert se ha comprometido a que todas esas medidas no impidan la consecución de los objetivos de la Estrategia Europa 2020 en esa materia. 

Se trata, ha insistido, de recortes que "van a dotar de mayor eficiencia" al sistema educativo "sin merma sustancial de su calidad". Pronunciaba estas palabras en respuesta a una segunda pregunta que le han planteado en el Pleno sobre este asunto, en este caso por la senadora de la Entesa, María Jesús Sequera. Esta le ha dicho a Wert que el Gobierno ha dedicado una "inversión insuficiente" a la educación, y que el real decreto aprobado el viernes sitúa la docencia en un "estado denigrante" y solo garantiza la "desigualdad de oportunidades" de los españoles, por el aumento de las tasas universitarias y la reducción de la partida para becas en una situación de crisis económica.

El ministro le ha respondido que las reformas son necesarias en el sistema educativo actual. Porque, ha dicho, "si tan excelente es el sistema no se entiende por qué ninguna de las universidades españolas está entre las 150 mejores del mundo". Finalmente, Wert ha asegurado entender que el Gobierno está pidiendo "un sacrificio" a la ciudadanía, que se están traspasando las "líneas rojas", pero todo ello lo ha atribuido, una vez más, a los "espantosos números rojos" en los que, según él, dejó el Gobierno socialista a las cuentas del Estado.