La violencia en Egipto hace que el Ejército tema un "colapso del Estado"
Esta quinta jornada consecutiva de protestas a pesar del toque de queda impuesto por Mursi eleva a 56 los muertos en el país desde que el viernes se conmemorara el segundo aniversario del derrocamiento de Mubarak
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El toque de queda impuesto por el presidente egipcio, Mohamed Mursi, en las ciudades del Canal de Suez no ha sido bien recibido por parte de la población, que la noche del lunes lo quebrantó con multitudinarias protestas que dejaron dos muertos y decenas de heridos en la ciudad de Port Said, con lo que el balance de fallecidos en esta ciudad durante esta semana de caos se eleva a 52.
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Las ciudades de Port Said, Suez e Ismailía que bordean el Canal de Suez, importante punto geoestratégico del país, llevan cinco noches consecutivas registrando importantes choques entre las fuerzas gubernamentales desde que el pasado sábado se anunciara la condena a muerte de 21 implicados en la masacre del estadio de Port Said, en la que en febrero del año pasado murieron 74 personas en enfrentamientos entre seguidores del club local y un equipo de fútbol cairota.
La inestabilidad de los últimos días ha hecho que el gobierno de Mursi tema por un posible "colapso" del país. Así lo anunciaba el ministro de Defensa egipcio, Abdel Fatah el Sisi, quien ha reconocido este martes que "la continuación del conflicto entre las distintas fuerzas políticas y sus discrepancias sobre la administración de los asuntos del país puede llevar al colapso del Estado y amenaza el futuro de las próximas generaciones". También advirtió de que aseguró que las Fuerzas Armadas permanecerán como "la columna fuerte sobre la que se basa el Estado egipcio" y destacó la importancia que tiene para el ejército la defensa del Canal de Suez.
Port Said es, sin duda, la ciudad donde la violencia contra el Gobierno más se ha desatado. Las armas de fuego entre los manifestantes son una constante desde el pasado sábado. En los enfrentamientos desatados a última hora del lunes, tras un asalto contra una comisaría, resultaron heridas al menos doce personas, la mayoría por heridas de bala, según fuentes médicas. El nuevo decreto aprobado por el Presidente otorga al Ejército la posibilidad de arrestar a civiles y ayudar a la Policía a restaurar el orden en estas tres ciudades, algo que ha encendido los ánimos de los opositores que han atacado e incendiado comisarías.
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Los disturbios también se extienden a la capital desde la celebración del segundo aniversario de la revolución. El Cairo amanecía hoy en calma después de una noche encendida en la que decenas de manifestantes derribaron tres muros de cemento que bloqueaban la entrada a la plaza Tahrir poco después de que un manifestante recibiera el impacto de perdigones disparados por las fuerzas de seguridad en la cabeza. La Policía respondió lanzando gases y disolviendo a los manifestantes.
Las hostilidades entre Gobierno y oposición no tienen visos de finalizar en un corto plazo y los muertos ya suman 56 desde el viernes pasado cuando se iniciaron los disturbios con motivo de la conmemoración del segundo aniversario del inicio de la revolución que derrocó al régimen de Hosni Mubarak. El Frente de Salvación nacional, que aglutina los principales grupos en desacuerdo con las políticas islamistas de Mursi, ha rechazo el diálogo que éste ofreció el lunes haciendo una llamamiento a la oposición para que manifestara de forma pacífica sus demandas, lo que arroja incertidumbre sobre el destino de Egipto a los ojos de la comunidad internacional.