El director de mercados financieros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y ex subgobernador del Banco de España, José Viñals, se torna especialmente vehemente cuando se le pregunta por la salud de la banca española. 'Es como el Ave Fénix que renació de sus cenizas y 25 años después [en referencia a las crisis de principios de los ochenta] es uno de los sistemas bancarios más potentes del mundo', enfatiza.

Viñals recuerda que la 'morosidad es baja' en España y que las carteras de préstamos hipotecarios no son tan peligrosas como otros activos. 'Los bancos españoles no se metieron en cosas raras', dice, y subraya: 'En la anterior crisis [1992] el coste de la morosidad fue cero' gracias a que los bancos se deshacen rápidamente de una vivienda urbana y recuperan así la mora acumulada. Viñals comparte la opinión del que fue su jefe hasta hace escasos siete meses, el gobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez de que urge reformar el mercado laboral porque el desempleo sí es una variable 'determinante' para la mora.

'España es uno de los sistemas bancarios más potentes del mundo'

El responsable de finanzas se sienta también en el Consejo de Estabilidad Financiera, el órgano encargado de diseñar la nueva arquitectura financiera mundial, donde defiende un sistema de provisiones muy similar al implantado en España. 'Hemos hecho un aviso a navegantes', dice Viñals en referencia a las reiteradas advertencias a los bancos de que la nueva regulación exigirá más capital para que no se acomoden al status quo anterior.

Para el político, la sincronización a la hora de retirar las ayudas a la banca es fundamental para garantizar la estabilidad de los mercados y lamenta que otros países no hayan contado en sus planes con herramientas de reestructuración como la articulada en España. En cuanto al debate sobre los bonus de los banqueros, reconoce que es 'un factor más pero no el principal' en la debacle financiera. Sobre la posibilidad de crear un impuesto para que el sistema financiero se corresponsabilice del riesgo que genera, Viñals asumió que, de alguna forma, los bancos debían contribuir a compensar el esfuerzo público pero que la fórmula está todavía en el aire.