El Valencia, a cuya presidencia está decidido a regresar esta semana Vicente Soriano, podría sumar con su retorno al club un total de cinco presidentes en tan sólo dieciséis meses.

Soriano, junto a un grupo inversor de capital extranjero, ha adquirido las acciones de Juan Soler y Vicente Silla, con lo que superará con cierta holgura el 51 por ciento de los títulos de la sociedad y podrá acceder a presidirla nuevamente.

La cifra de cinco presidentes en poco más de un año contrasta vivamente con la etapa de los cinco anteriores máximos responsable del club que se prolongó durante los quince años anteriores.

Por ello, lo que hasta marzo de 2008 transcurría en el valencia a un ritmo anual, avanza desde esa fecha a pasos mensuales, con periodos en los que los presidentes del club apenas si han tenido tiempo de aclimatarse al cargo.

A principios de marzo del pasado año, Juan Soler, que cumplía su cuarta temporada en el cargo, presentó la dimisión tras unos meses en los que dirigió el club en la sombra.

Era el 12 de marzo y su decisión abrió la etapa de presidencia de Agustín Morera, con el que el club ganó su último título: la Copa del Rey de 2008.

Un periodo muy convulso en el pasado verano, en el que la entidad estuvo a punto de pasar a manos del empresario Juan Villalonga, se cerró con el acceso de Vicente Soriano a la presidencia.

Soriano ha sido el presidente con un mandato más largo en la historia reciente del club, ya que se prolongó once meses, desde julio de 2008 a los primeros días de junio de 2009.

Su periodo al frente de la entidad, se dividió en dos etapas, la primera de poder ejecutivo hasta el mes de marzo y la segunda, desde entonces hasta su salida del club, en la que jugó un papel testimonial con Javier Gómez como principal gestor de la entidad.

Días antes de la junta general de accionistas, celebrada el pasado 6 de junio, llegó al cargo el cuarto presidente de este ciclo, Manuel Llorente, que había ocupado varios cargos, entre ellos el de consejero delegado, en diversas etapas de la historia reciente del club.

Si Soriano regresa a la presidencia de la entidad, la etapa de Llorente habrá sido efímera, ya que todavía no ha cumplido un mes en el cargo y aunque su salida podría no ser inmediata, la etapa actual no tendría continuidad.

Este periodo de convulsión en la vida del Valencia no tiene comparación con otras etapas de su historia, ya que casi siempre los presidentes disfrutaron de mandatos largos y, con independencia del poder real que tuvieron, pudieron desarrollar proyectos deportivos al menos a medio plazo, algunos de ellos plagados de éxitos como los de los primeros años del Siglo XXI.

Los cinco presidentes anteriores estuvieron quince años en el club y si se tiene en cuenta a los seis anteriores, la etapa se amplia a veintidós años.

Arturo Tuzón presidió el Valencia de 1986 a 1993 y ninguno de sus sucesores ha estado al frente de la entidad tanto tiempo como él. Le siguieron Melchor Hoyos (1993-1994), Francisco Roig (1994-1997), Pedro Cortés (1997-2001), Jaume Ortí (2001-2004) y Juan Soler (2004-2008), antes de dar paso a la etapa actual.

Con Tuzón, el Valencia ascendió a Primera División y se saneó económicamente, mientras que con Pedro Cortés el equipo accedió a un primer plano en Europa con una Copa del Rey (1999) y dos finales perdidas en la Liga de Campeones (2000 y 2001).

Bajo la presidencia de Jaume Ortí el Valencia ganó dos Ligas (2002 y 2004) y una Copa de la UEFA (2004), además de proclamarse mejor equipo del Mundo en el año 2004.

Tras la llegada de Soler al cargo se inició una etapa de declive deportivo a pesar de que había llegado al club un máximo accionista de la entidad, algo que no había ocurrido ni con Cortés, ni Ortí.

El último título del Valencia se produjo en 2008 ya cuando Soler había abandonado la presidencia de la entidad y llegó durante la corta etapa de Agustín Morera al frente de la sociedad.