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El Valencia se va a pique

El equipo valenciano naufraga en una eliminatoria que se preveía accesible

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Ni a balón parado el Valencia pudo resolver una eliminatoria accesible. Con dos jugadas de estrategia intentó rescatar un partido que con fútbol fue incapaz. El equipo de Emery pasa por un momento tonto. Un equipo que tiene su fuerte en el colectivo desprende sensación de estar agarrado a la cornisa por el único sostén de una individualidad. La defensa chorrea mermelada, todo un goce para el paladar de los contrarios. El problema del club ya es doble: en la hucha y en el campo.

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El deshielo comienza ahora para los ucranianos. La temporada acaba de nacer para los equipos del norte de Europa, así que el cuentakilómetros está a cero. A la frescura física hubo que añadirle el apremio del resultado de la ida, por lo que el Dinamo puso muy pronto en la mirilla la portería de César. El Valencia le entregó la pelota y empujó hacia atrás su línea de presión. Emery había imaginado un partido en el que la velocidad de sus hombres de arriba liquidara a un equipo con las marcas adelantadas. La propuesta se veía reforzada por el perfil lento de los centrales visitantes.

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A fallback.

Hasta el minuto diez pareció el plan perfecto pero a medida que el tiempo avanzó el Dinamo le pilló el truco. La defensa del Valencia no va sobrada de autoestima así que se olió rápido el peligro. Los de Kiev jugaban a toda pastilla, los valencianistas siempre llegaban tarde, además de destilar cierta pasividad. Al toque, sin demasiada oposición, el balón merodeaba con peligro la portería.

Los levantinos tuvieron alguna ocasión a la contra aunque el tufillo de peligro cada vez era más evidente en la portería propia. Un para de chupinazos ya pusieron el susto en la grada. A la media hora, Kravets se deshizo con habilidad de Fernandes y Albiol dentro del área para después superar a César en la salida. La broma todavía pudo haber sido de peor gusto a los dos minutos si no llega a ser por el meta che.

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Un gol oportuno

La sensación era de lo más fea a pesar de que a Villa le anularon un gol nada más marcar el Dinamo. Al balón le faltaba salida por banda. Emery dejó a todos sus extremos en el banquillo. La inercia llevaba a Mata y Silva hacia el dentro, allí se juntaban a Morientes y Villa. Demasiado atasco.

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En medio de este panorama, un gol a balón parado de Marchena a un minuto del descanso igualó la eliminatoria. La segunda parte empezó de la misma manera: falta de Fernandes para que Del Horno rebañase a portería. Dos pelotas quietas rescataban al Valencia. Sin embargo, no se acabó ahí la noche. Una salida al ataque de Albiol dejó boquete en el centro de la defensa. Aliyev vio la grieta, puso un pase de maestro a Karvets que solucionó con toda la tranquilidad ante César. Con 15 minutos por delante no hubo casi opción para la proeza.

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