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Ur invita a su vigésimo cumpleaños a un Shakespeare juvenil y poco conocido

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La compañía Ur celebra sus veinte años sobre los tablas con el estreno, hoy en el Palacio de Festivales de Cantabria, de un nuevo montaje de "Dos caballeros de Verona", un "Shakespeare" juvenil y poco conocido que su directora, Helena Pimenta, define como una comedia con toques de amargura que habla sobre la traición.

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Premio Nacional de Teatro con su versión de "El sueño de una noche de verano", Ur regresa al autor que más ha frecuentado en sus dos primeras décadas de vida con esta coproducción del Palacio de Festivales, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Fuenlabrada, a la que espera una larga gira.

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Según ha explicado hoy Helena Pimenta, Ur tenía que celebrar su cumpleaños con Shakespeare pero ha huido de montar "el Hamlet o el Lear más novedoso" y ha preferido una obra que apenas se ha representado en España, en la que descubrir aspectos poco conocidos.

En "Dos caballeros de Verona" está presente la ambigüedad que, a su juicio, impregna la obra del dramaturgo inglés, en quien convive "una gran ilusión y una gran decepción por la humanidad".

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Junto al entusiasmo juvenil de este Shakespeare temprano, a Pimenta le ha inspirado ese carácter popular que tenía el teatro en su época, cuando cualquier espectador se podía dar por aludido con lo que sucedía en el escenario.

De las distintas lecturas que tiene el texto, la más profunda, desde su punto de vista, es la que habla de la traición al amor, a la amistad y a los ideales y para subrayarla, ha trasladado la trama a los años veinte del pasado siglo, una época que recurrió a la frivolidad y la alegría para neutralizar el dolor después de la guerra.

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La directora de Ur cree que la década de los veinte y el presente están emparentados y que ahora también van aparejados el miedo, especialmente después de los atentados de las Torres Gemelas, y el hedonismo en una sociedad "más asustada con la muerte".

La traición en la obra es la que comete el protagonista, Proteo, que "elige su camino por encima de todo y todo lo justifica, incluso con definiciones morales", una actitud, en su opinión, muy común en los tiempos que corren.

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Sergio Otegui es Proteo, un personaje al que este actor "no podría perdonar si fuera un juez" pero al que ve como "un romántico vestido de malvado", capaz de "saltarse lo que haga falta" por amor, incluso su dignidad personal.

Gabriel Garbisu, Miriam Montilla y Saturna Barrio son otros de los intérpretes de esta función, que se desarrolla en un escenario concebido como un "espacio de juego".

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