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El triunfo de la tele-realidad

GH popularizó un género que no deja de evolucionar

 

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La tele-realidad sin más no existe, siempre hay maquillaje, una puesta en situación". El profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valencia Miquel Francés desmonta así el mito de que los formatos televisivos creados bajo la etiqueta de reality son un espejo absoluto del mundo real. En su opinión, la realidad en bruto es "absurda, no ofrece un sentido narrativo", por lo que es necesaria una "cocina televisiva", como ocurre en el programa estrella de esta categoría: Gran Hermano.

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Precisamente fue Gran Hermano el que, tras su estreno en 2000, popularizó el formato en España. Sin embargo, no fue el precursor en la parrilla nacional. "Parece que con Gran Hermano se ha descubierto la gallina de los huevos de oro y, aunque desde el estreno de este programa la tele-realidad está más presente en la televisión, realmente es más antigua", explica Àlvar Peris, profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Valencia y uno de los autores del libro Hacia un nuevo modelo televisivo.

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Ya en los setenta hubo un intento de TVE de acercarse a lo cotidiano

Adictos a la vida diaria

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Según Peris, ya en los setenta hubo un intento por parte de la televisión española de acercarse al mundo de lo cotidiano, una tendencia que se repetiría a finales de los noventa. En esa época, TV3 comenzó a adaptar los docusoap de la BBC, es decir, espacios que captaban la vida diaria de un determinado lugar, como un hotel o un aeropuerto, y adaptó algunos de ellos con títulos como Hospital Bellvitge o Veterinaris.

Tomando como ejemplo estos espacios, así como programas que unen la tele-realidad con el concurso, como A masia do 1906 (TVG), Peris destaca la potencialidad que estos formatos tienen en las cadenas públicas. "TVE ha intentado hacer algunos realities de talento, como OT y Mira quién baila, pero ha dejado de emitirlos y se ha quedado con espacios como El coro de la cárcel", explica este profesor, para quien la tele-realidad en las públicas debe seguir esa línea, con "elementos de carácter social y cultural".

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La clave del éxito es que el público se identifica con lo que ve

A pesar de que no todas las incursiones en el reality en España han dado resultados dignos, es más que evidente que sí han logrado interesar a la audiencia. A juicio de Peris, la clave de su éxito está en que son una fuente de entretenimiento que permite al público identificarse con lo que ve, mientras que para las cadenas se trata de un formato barato de producir.

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Por todo ello, tras el boom de Gran Hermano, la telerrealidad ha mantenido su presencia, pero se ha producido "una disolución del macrogénero" inicial, según Miquel Francés, ya que se ha ido mezclando con otros formatos. El resultado han sido nuevos géneros como los coaching espacios dedicados a formar como Supernanny, programas más cercanos al documental y espacios que añaden juego y aventura, como Pekín Express.

Para Peris, esto es una muestra del mestizaje televisivo, alejado del clásico programa de encierro, donde está ya el futuro de la tele-realidad.

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