Se triplica el número de inmigrantes que intenta cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa
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El Mediterráneo se ha convertido en una de las rutas más mortíferas para los inmigrantes que tratan de buscar refugio en Europa. Según datos de la ONU, 4.272 personas han muerto este año intentando atravesar distintos mares para pedir asilo o por razones de inmigración. De ese total, fallecieron 3.419 en el Mediterráneo, por donde intentaron cruzar para llegar al viejo continente hasta 207.000 inmigrantes. Esta cifra representa el triple del récord alcanzado en 2011, cuando 70.000 personas partieron de las costas del norte de África coincidiendo con el caos provocado por el estallido de la guerra civil en Libia.
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A nivel global, Naciones Unidas ha anunciado que 348.000 inmigrantes se han aventurado a cruzar diferentes mares durante 2014. Este año, por primera vez, sirios y eritreos fueron el mayor componente de este flujo humano al representar el 50% del total, según ha precisado la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), organismo que presta ayuda a quienes han abandonado sus hogares para escapar a la violencia o porque han sido víctimas de desastres.
Todas estas cifras han sido anunciadas este miércoles coincidiendo con en el primer día de una reunión internacional convocada en Ginebra por Acnur para tratar sobre la manera en que los países deberían responder al creciente número de personas que realizan arriesgados viajes para llegar a lugares que consideran seguros. El alto comisionado para los refugiados, Antonio Guterres, lamentó que esa respuesta sea cada vez más "mantener afuera a los extranjeros, en lugar de apoyar el asilo".
"Esto es un error y la mala reacción en una era en la cual un número récord de personas están huyendo de guerras", comentó. En Europa, la región este de Ucrania vive un conflicto armado separatista desde abril; el conflicto interno en Libia se profundiza, al igual que los de Siria e Irak, con la intervención del grupo yihadista Estado Islámico, que tiene el control de partes del norte de ambos países.
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El Mediterráneo no es, sin embargo, la única ruta tomada para pedir asilo o buscar un mejor destino, pues este año más de 82.000 personas han cruzado el Golfo de Aden y el Mar Rojo, desde la región del Cuerno de África, una de las más pobres del mundo, hacia los ricos países del Golfo Pérsico. En este intento 242 personas perdieron la vida.
Esta situación se repite en el sureste de Asia, donde 54.000 personas se arrojaron al Océano Indico, la mayoría procedentes de Bangladesh y Birmania, para intentar ir a Tailandia, Malasia o Indonesia, una travesía en la que perecieron 540. También en el continente americano esta situación se produce, aunque a una escala menor que entre África y Oriente Medio, entre el norte de África y la Unión Europea y que en Asia. Acnur señaló que se tiene constancia de que al menos 4.775 personas subieron a botes para lanzarse al Caribe entre el 1 de enero y el 1 de diciembre, de los que 71 murieron.
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En cuanto a España, Acnur ha señalado que el 60% de los inmigrantes que entran en Ceuta y Melilla son refugiados políticos, entre los que destacan los procedentes de Siria. Ante ello, la agencia de la ONU ha pedido una mayor implicación de las autoridades con las peticiones de asilo.
La oficina de Acnur en España ha lanzado la iniciativa El asilo es de todos, con la que busca revalorizar la institución del asilo desde distintos sectores de la sociedad civil española e impulsar una nueva dinámica para fomentar el conocimiento, la participación y la implicación de la ciudadanía en el debate sobre refugiados y protección internacional y en la búsqueda de soluciones a su situación.
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Acnur advierte de que la comunidad internacional "no está prestando la debida atención" al objetivo de salvar vidas en medio de la "confusión entre las naciones costeras y los bloques regionales sobre cómo responder al creciente número de personas que emprenden peligrosos viajes por mar en busca de asilo o por motivos migratorios".