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Trichet da la cara por la banca española

El BCE lamenta que los mercados subestimen la fortaleza económica del euro. El riesgo país de España marca otro máximo

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Los mercados "subestiman" la estabilidad de España, que "cuenta con unos bancos sólidos", aseguró ayer Jean- Claude Trichet en una comparecencia en el Parlamento Europeo. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) respondió así a los temores que en los últimos días han vuelto a arreciar sobre la salud de la deuda privada de las entidades financieras, concretamente sobre la posibilidad de que ciertos activos procedentes del sector inmobiliario no estén reflejados con su valor actual en los libros de contabilidad de los grandes bancos españoles.

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Preguntado por un eurodiputado euroescéptico, Trichet rechazó la hipótesis, asegurando que, según los datos del BCE, "de ninguna manera" se trata de "una premisa adecuada". Según el jefe del BCE, "algunos observadores probablemente están subestimando la solidez de la eurozona en su conjunto y la solidez de un gran número de países", entre ellos, España.

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El BCE pide más precisión a los Estados para evitar malos entendidos

Trichet pidió a las autoridades públicas que refuercen la "continencia verbal" y que hagan gala de una "comunicación lo más precisa posible" para evitar el caos en los mercados, como el que se produjo con la propuesta alemana de quiebras, que incluyó un posible impacto para inversores, pero cuyas consecuencias quedaron sin definir.

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Para el BCE, la decisión de aplicar los criterios del FMI a la participación del sector privado, limitando la posibilidad de que no recupere la inversión a casos muy improbables, es una "clarificación útil" que servirá para serenar a los mercados.

Por otra parte, la máxima autoridad monetaria no comparte los análisis que predicen que el euro está en peligro, como aseguró la canciller Angela Merkel, o que se encuentra en una "crisis de supervivencia", según el presidente del Consejo, Herman van Rompuy. Para Fráncfort, "la estabilidad de la zona euro no está en cuestión". Trichet insistió en que el euro ha sido más estable como moneda en los últimos diez años que el resto de grandes divisas en el pasado medio siglo. Según él, las economías europeas viven "momentos muy difíciles" que pueden ser aliviados con reformas estructurales para mejorar el crecimiento, lo que para Trichet debería ser una prioridad incluso para Alemania, el país que más crece.

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S&P coloca en perspectiva negativa la deuda de Portugal

Pero si a alguien convenció la explicación, no fue desde luego a quien iba dirigida. Los mercados, un día más, se comportaron ante los discursos políticos con la misma indiferencia con la que se escucha la lluvia.

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La escalada del miedo continuó pese al discurso de Trichet, como demostró la evolución de los indicadores del riesgo de los países del euro y la propia evolución de la moneda única. El diferencial del bono español con el alemán a 10 años volvió a marcar máximos, al cerrar en 283 puntos básicos, aunque el susto pudo haber sido incluso peor, ya que durante las primeras horas de la jornada llegó a rozar los 300 puntos básicos. En la misma línea evolucionaron el resto de países de la periferia del euro, con fuertes subidas especialmente en el caso de Bélgica que en sólo dos días ha pasado de 94,4 puntos básicos a los 131 que marcó ayer. En cualquier caso, la mayor virulencia de los ataques de ayer recayó en Italia. El diferencial italiano escaló hasta la peligrosa barrera de los 200 puntos básicos, el nivel más alto de su historia, y su bolsa fue la más castigada de Europa, con una caída del 1,08%. En el mercado español las pérdidas se contuvieron hasta un 0,62%, pero el saldo mensual, con una caída de 14,29%, convierte a noviembre en el peor mes del Ibex desde octubre de 2008, cuando cayó Lehman Brothers. Como entonces, el sector financiero es el que ha encabezado las caídas. Las dudas sobre la banca española de las que hablaba ayer Trichet llevan todo el mes circulando entre los inversores y han provocado que el BBVA se haya dejado un 22% de su valor y Santander haya recibido un castigo cercano al 21%, aunque es la banca mediana la que genera más dudas entre los inversores internacionales.

Trichet no es el único que cree que los mercados están subestimando la salud de las finanzas españolas. "La especulación se está adueñando en exceso de los mercados. Motivos para dudar de la salud financiera europea los hay, pero también es cierto que durante los últimos días estamos viendo un porcentaje superior a lo normal de inversiones que están tratando de sacar partido de la situación", reconoce Pablo del Barrio, analista de XTB España.

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Ahora, esos oportunistas se están cebando con el euro. En noviembre perdió un 6,9% y ayer se cambió a 1,29 dólares. Aunque esta caída no es sólo culpa de las dudas sobre su futuro sino también de las tensiones que durante las últimas semanas están presionado al mercado de divisas. "El dólar se ha vuelto a erigir como refugio, sobre todo tras el conflicto desatado en Corea, por eso el diferencia se ha ampliado con todas las monedas de mundo y amplifica aún más los problemas del euro", explica Pablo del Barrio.

Para hoy se esperan nuevos problemas en los mercados, después de que anoche Standard & Poors pusiera en perspectiva negativa la deuda de Portugal.

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