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El trastorno bipolar precoz se prolongaría hasta la adultez

Reuters

Por Karla Gale

Un nuevo estudio demostró quecasi la mitad de los niños con trastorno bipolar siguenteniendo episodios maníacos en la edad adulta, como así tambiénuna alta tasa de consumo de sustancias.

"Nuestros resultados confirman que los niños con trastornobipolar I se transforman en adultos con trastornos bipolar I,lo que valida la existencia del diagnóstico pediátrico de lacondición", dijo a Reuters Health la autora principal delestudio, la doctora Barbara Geller.

"Las familias a menudo consultan sobre el pronóstico y esteestudio permite que los médicos tengan una base de datos parainformarles sobre el mal pronóstico", añadió la experta.

El trastorno bipolar I, que es la forma "clásica" de laenfermedad, incluye episodios recurrentes de manía y depresiónque a menudo reaparecen en el resto de la vida, según elInstituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, porsus siglas en inglés).

La mayoría de los pacientes no tienen síntomas entre esascrisis, pero hasta un 33 por ciento tendría síntomas residualesy un pequeño porcentaje sufrirá síntomas crónicos sin remisión,a pesar del tratamiento.

Los investigadores de la Washington University en St. Louisestudiaron la evolución en ocho años de los participantes de unestudio llamado "Phenomenology and Course of Pediatric BipolarDisorders".

Con fondos del NIMH, el estudio incluyó a 115 niños deentre 7 y 16 años (la edad promedio era de 11 años), que seincorporaron entre 1995 y 1998 durante una primera crisissintomática maníaca o mixta.

Según publicó Archives of General Psychiatry, los niñossufrieron unos dos episodios de manía o manía mixta durante elseguimiento.

De los 54 pacientes mayores de 18 años durante los ochoaños de seguimiento, 24 tuvieron por lo menos una crisisdocumentada de manía, un promedio 44 veces mayor que en lapoblación general.

Las características del segundo o del tercer episodiomaníaco, como la larga duración, la psicosis y el "ciclo"diario de oscilación entre manía y depresión, demostraron quelos niños seguían sufriendo la enfermedad. El 35 por cientoabusaba del consumo de sustancias.

Geller dijo que aún existe escepticismo sobre la existenciapediátrica del trastorno bipolar I y agregó que se necesita unequilibrio entre el "escepticismo saludable", para evitar eldiagnóstico infantil en exceso, y la "vigilancia", para que laenfermedad no esté subdiagnosticada.

"Además de la necesidad de que los médicos controlen eltrastorno bipolar I en esos niños, debería extremarse lavigilancia de la aparición de trastornos asociados con elconsumo de sustancias", añadió la investigadora.

Los autores concluyeron: "La gravedad y la cronicidad deeste trastorno demandan estrategias amplias para comprender suneurobiología y desarrollar medidas de prevención eintervención".

FUENTE: Archives of General Psychiatry, octubre del 2008

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