La tormenta Agatha deja 13 muertos a su paso por Centroamérica
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La tormenta tropical Agatha causó el sábado la muerte de 12 personas en Guatemala y una en El Salvador, antes de perder fuerza y dejar tras de sí lluvias torrenciales, desaparecidos y cientos de evacuados entre algunas inundaciones.
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Agatha tocó tierra el sábado como la primera tormenta de la temporada 2010 en la frontera entre Guatemala y México, pero pocas horas después se degradó a depresión tropical, dejando a su paso fuertes lluvias, apagones eléctricos e inundaciones.
Guatemala, que ya estaba en alerta por la erupción hace unos días del volcán Pacaya, era el país más afectado hasta ahora por Agatha, pero el sur de México y El Salvador registraban también algunos estragos.
Las lluvias causaron el deslave de un cerro en el municipio de Alomolonga, a unos 200 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, sepultando la vivienda de una familia de cuatro miembros, incluidos dos menores.
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David de León, jefe de información de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala, confirmó la muerte de otros cuatro menores y cuatro adultos en la capital, e informó de 11 desaparecidos.
"Estamos ante una emergencia seria", dijo el presidente de Guatemala, Alvaro Colom, en un mensaje transmitido por la noche por radio y televisión, para informar a la población.
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"Hago un llamado a la comunidad internacional y a la población a colaborar con los cuerpos de socorro para evitar tragedias mayores", agregó.
Las calles de la capital aparecían anegadas con más de siete centímetros de agua y los apagones se sucedían, mientras las estaciones radiofónicas leían mensajes angustiados de los pobladores por las intensas precipitaciones pluviales.
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En el vecino El Salvador, un hombre de 78 años murió tras ser arrastrado por la corriente en medio de la lluvia, cuando intentaba cruzar una calle inundada, dijo a Reuters el gobernador del departamento de Cuscatlán, Walter Navarrete.
AGATHA Y LAS LLUVIAS
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El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) degradó la tormenta a depresión tropical la noche del sábado, tras tocar tierra en la frontera entre Guatemala y México, con vientos máximos de 65 kilómetros por hora.
Ya como depresión, el CNH espera que Agatha deje lluvias torrenciales y una acumulación de hasta 50 centímetros de agua en Guatemala, El Salvador y el sur de México para gradualmente ir perdiendo fuerza.
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La televisión mexicana mostró imágenes de la crecida de los ríos en la frontera de México con Guatemala.
Desde antes de la declaración de alerta por parte del Gobierno, los trabajadores de emergencia en Guatemala alertaron sobre un aumento en el nivel de las aguas en el empobrecido país centroamericano, proclive a deslaves y ahora más sensible a inundaciones.
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El aumento es debido a la ceniza que está dejando la erupción del volcán Pacaya al sur de la capital guatemalteca y que ha bloqueado el drenaje.
Las autoridades de El Salvador se declararon en alerta y tomaron medidas de precaución, mientras el oleaje se intensificaba cerca de su territorio.
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"Estamos totalmente en alerta", dijo Jorge Meléndez, director del Sistema de Protección Civil de El Salvador, en rueda de prensa.
En Guatemala, unas 900 personas fueron evacuadas por el peligro de las lluvias, sumándose a las 2.000 que habían sido desplazadas previamente debido a la erupción del volcán, ubicado a unos 40 kilómetros al sur de la capital, que ya dejó un muerto.
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En El Salvador, los evacuados ascendían a casi 400 personas por el peligro de las inundaciones.
El aeropuerto internacional de Guatemala suspendió sus operaciones al menos hasta la semana entrante debido a la columna de ceniza que desprendía el volcán, de hasta 1.500 metros por encima del cráter, y por las lluvias.
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Pacaya, que está cerca de la hermosa ciudad colonial de Antigua y de fincas donde se cultivan algunas de las variedades de más alta calidad de café, ha estado activo desde la década de 1960 pero no ha arrojado rocas ni cenizas desde 1998.
Nancy Méndez, portavoz de la agrupación Anacafe, dijo que por el momento es difícil conocer el estado de los plantíos cafetaleros.