A penas los Acereros de Pittsburgh se habían proclamado campeones por sexta vez del Super Bowl, al ganar 27-23 a los Cardenales de Arizona, el entrenador jefe del equipo, Mike Tomlin, y el presidente, Dan Rooney, ya pensaron en el séptimo título.

"A los jugadores de los Acereros les encanta entregarse. Creo que nunca van a ser perfectos, pero tienen un don para resolver positivamente los momentos importantes", dijo Tomlin, quien a sus 36 años y con sólo dos al frente del equipo ya hizo historia al ser el más joven que consigue ganar el título del Super Bowl.

Tomlin, que también es el segundo entrenador negro que consigue el título después que lo hiciese uno de sus maestros Tony Dungy, con los Potros de Indianápolis, dijo que ahora había que celebrar pero luego pensar ya en la próxima temporada y el séptimo título.

"Tenemos un gran equipo, unos jugadores que luchan hasta el final y que saben como superar las situaciones adversas", comentó Tomlin el entrenador de los Acereros, que se han convertido en la única dinastía de la NFL que tiene seis título de campeón del Super Bowl.

Por su parte, Rooney, que fue el que decidió el fichaje de Tomlin para sustituir a Bill Cowher, en lugar de Ken Whisenhunt, que era el coordinador ofensivo, definió el momento que vivía como "maravilloso".

"Estos jugadores son especiales. Ha sido un año difícil en muchos momentos, pero todo funcionó espléndidamente y ahora somos temidos y ganadores", comentó Rooney. "Haremos lo que tengamos qué hacer para el séptimo título y también reservaremos un espacio en las vitrinas".

Menos espacio tuvo en la esquina del campo el receptor profundo Santonio Holmes, desde hizo la anotación que le dio el triunfo a su equipo en los últimos 35 segundos del partido y a él lo dejó con el premio de Jugador Más Valioso (MVP).

"Antes de iniciar esa jugada le pedí a Ben que no perdiera de vista mi carrera. Quería ser el que hace las jugadas para este equipo. Los grandes se lucen en los momentos decisivos de los partidos", señaló Holmes, que acabó con nueve atrapadas para 131 yardas y una anotación.

"Vamos a los libros de la NFL como los ganadores de uno de los juegos más emocionantes de la historia del fútbol americano profesional", agregó Holmes. "Cerramos la temporada como teníamos que hacerlo y le dimos otro campeonato a la ciudad de Pittsburgh".

El mariscal de campo Ben Roethlisberger, para muchos merecedor del premio de MVP, no quiso hablar de ese asunto y si explicó como se generó la jugada decisiva con Holmes.

"En ese momento dije, es ahora o nunca, así que les dije a mis compañeros, todo lo que hemos estudiado y aprendido lo vamos a poner en práctica en este momento, y me siento muy orgulloso de que ellos respondieron", explicó Roethlisberger sus acciones en la avance ofensivo de 78 yardas que iba a cambiar la historia del partido.

Roethlisberger, más conocido como "Big Ben", ganó su segundo Super Bowl, el primero lo hizo en el 2006 como el mariscal de campo más joven de la NFL, para ser el décimo que tiene en su poder dos o más.

Otro jugador, que durante tres cuartos de partido fue el MVP, el defensor James Harrison, que hizo historia con una interceptación de balón y retorno de 100 yardas para anotación, la mayor de todos los tiempos, se mostró feliz por los momentos que estaba viviendo.

"Los últimos dos años han sido probablemente los más duros que he tenido en mi vida, pero han sido los más gratificantes por lo que he hecho como jugador de fútbol", comentó Harrison, que fue sacado por los Acereros cinco veces de la plantilla del equipo antes que le pudiese llegar el gran triunfo.