Un tobillo excepcional
El Madrid detectó la anomalía en el reconocimiento al jugador y no vio riesgo
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Cristiano Ronaldo presenta algunas particularidades en su físico. La primera, ya resuelta, afectó a su corazón. El futbolista nacido en Madeira fue operado a los 15 años para corregir un defecto eléctrico que le hacía sufrir taquicardias (aceleraciones del ritmo cardiaco) de forma constante. Cristiano sufre ahora las consecuencias de su segunda rareza, un problema sin consecuencias médicas de importancia, pero que ha complicado de forma rocambolesca la recuperación de su actual lesión en el tobillo derecho.
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Cristiano posee un os tibialis, un hueso supernumerario que sólo tiene el 10 % de la población. Los movimientos de ese huesecillo y el roce que produce provocan de forma constante inflamaciones que impiden la curación de la artritis traumática que padece desde la dura entrada de Diawara, defensa del Olympique de Marsella, el pasado 30 de septiembre.
"Siento lo de Cristiano, pero volvería a hacer la misma entrada" declaró ayer Diawara a AFP. "El juego es así y no dudaría en hacerlo otra vez". El central defiende en todo momento su acción: "Es verdad que voy duro y rápido al choque, pero las imágenes reflejan que toco el balón".
El tratamiento de Cristiano incluye antiinflamatorios para mejorar la evolución de la articulación dañada, aplicación de corrientes magnéticas, terapias con frío, contrastes de agua fría y agua caliente... Un programa exhaustivo que se completa con el trabajo de los fisioterapeutas y con ejercicios suaves que irán evolucionando hacia movimientos con pesas en carga progresiva.
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Los próximos 15 días son decisivos. Anteayer, el doctor Van Dijk, que operó a Cristiano en 2008, dio su aprobación al diagnóstico y tratamiento efectuado por los servicios médicos del Real Madrid.
En las dos próximas semanas la vigilancia será extrema. Cristiano está trabajando al margen del grupo, con un seguimiento exhaustivo de los médicos y fisioterapeutas del club. El incremento de la exigencia de ese tobillo será gradual. Pero existe temor. La aparición de un dolor brusco o el empeoramiento súbito de la inflamación conducirían a lo que el jugador quiere evitar: una segunda intervención quirúrgica en el tobillo derecho.
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En el caso de Cristiano, la cirugía es una solución de última hora. Según el doctor López Capapé, si se llegara de nuevo al quirófano, la opción más probable sería la fusión del hueso os tibialis a la tibia. "Antes se solía extirpar, era la manera de proceder clásica, pero las cosas están cambiando. Ahora lo más habitual es fijar ese hueso con un tornillo. En el caso de Cristiano podrían ser dos si es muy grande", explica el traumatólogo de la Clínica CEMTRO de Madrid.
La lesión amenaza las relaciones entre el Madrid y la Federación portuguesa, que quiere contar a toda costa con su estrella para la eliminatoria frente a Bosnia. Los lusos se juegan su presencia en el Mundial 2010, pero Pellegrini fue ayer contundente. "Es imposible que Cristiano pueda jugar con Portugal. Lo lamento por la selección y por él, pero lleva tiempo sin entrenarse y mantiene el dolor", dijo el técnico respaldando la opinión de Valdano, director general.