El Tesoro coloca la deuda pública más barata
Se adjudicaron 3.500 millones. La bolsa cerró plana por culpa de EEUU
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España continúa rentabilizando sus buenas notas en el test de estrés de la banca publicado el 23 de julio y el resultado de la subasta del Tesoro de ayer es una nueva prueba.
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El objetivo de colocar 3.500 millones de euros en bonos a tres años fue cubierto sin problemas y un tercio más barato que la emisión de las mismas características celebrada el pasado 10 de junio. La demanda de títulos superó los 6.624 millones, de los que se adjudicaron 3.500 millones, el objetivo máximo fijado por el Tesoro. El tipo de interés fue del 2,276%, frente al 3,394% pagado en junio, aunque todavía es superior al precio pagado en el mes de abril. "La subasta ha sido un éxito y demuestra que poco a poco la valoración de la economía española está volviendo a su cauce, aunque eso no se pueda hacer en dos días", advierte Ofelia Marín, analista jefe de Banca March.
En cualquier caso, los 155 puntos que marcó ayer el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán, tal vez no sean un chollo comparado con los 59 de principios de año, pero sí es un gran alivio frente a los más de 224 puntos básicos que llegó a batir el 16 de junio. "Además del test de estrés, la mejoría de los datos macroeconómicos de España y también de Europa están ayudando a mitigar el miedo que se ha vivido en los últimos meses", explica Alberto Castillo, analista de Capital Bolsa.
El Tesoro lo sabe y por eso quiere aprovechar al máximo la coyuntura para cubrir sus compromisos de deuda a medio plazo. Dentro de esta estrategia se enmarca la decisión de programar una emisión extraordinaria de bonos a diez años para el próximo 16 de septiembre.
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La crisis de deuda en Europa ha remitido y, según confirmó el FMI ayer, las reformas de Grecia van por buen camino, aunque todavía queda mucho por hacer. "Los mercados van a estar pendientes de que los compromisos asumidos por los estados como Grecia y España den los resultados esperados. Si no es así, podrían volver los problemas", advierte Ofelia Marín.
De momento, la preocupación de los inversores está en la evolución de la economía de EEUU y su posible recaída. Ayer, el incremento de las peticiones de subsidios de desempleo semanales dio al traste con la euforia que reinaba en la bolsa. Ni el efecto de la subasta, ni las buenas perspectivas de la economía europea que dibujó el presidente del BCE consiguieron evitar que el Ibex 35 cerrara la sesión en rojo. Eso sí, resistió con fuerza y apenas cedió un 0,03%, hasta los 10.840 puntos.
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Hoy será nuevamente Estados Unidos quien marque el devenir de la bolsa tras publicar la tasa de paro de julio.