Un tercio de la población mundial vive a oscuras
Un informe de la ONU revela que 1.500 millones de personas viven todavía sin electricidad
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Cerca de un tercio de la población mundial vive a oscuras por no tener acceso a la energía eléctrica. El 80% está en los países más pobres, sobre todo en el África subsahariana. Los tan esperados Objetivos del Milenio no se cumplirán, por lo que en 2015, fecha en la que tendría que haber mejorado la situación de estos países, todo seguira más o menos igual.
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Las conclusiones de un estudio de la ONU sobre el acceso a la electricidad en el mundo nodeja lugar a dudas.El Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) insiste en dicho documento en la relación directa que hay entre la pobreza extrema y la falta de acceso a la energía: menos del 3% de la gente de Burundi, Chad o Liberia tienen corriente. En Ruanda, República Centroafricana y Sierra Leona, menos del 5%, en Birmania, el 13 % de la población tiene electricidad en sus casas, igual que en Afganistán.
"En la actualidad, cerca de un millón y medio de personas en los países en vías de desarrollo no tienen acceso a la energía eléctrica y 3 millones dependen de combustibles sólidos (biomasa y carbón) para cocinar y calentar sus hogares", explica el estudio.
El informe fue desarrollado con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y estudia la situación en 140 países, entre los que hay 50 considerados como los 50 menos desarrollados del mundo. "El 79% de la población en los países menos desarrollados y el 74% de los del África subsahariana no tienen acceso a la electricidad, en comparación con el 28% de los países en vías de desarrollo", dice el texto, que añade que "teniendo en cuenta los niveles actuales de acceso a la energía, está claro que será especialmente difícil que en estos países se cumplan los Objetivos del Milenio".
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En el año 2000, la ONU se puso una meta para conseguir reducir la pobreza en el mundo en 15 años. Pero las expectativas pronto se apagaron. Para que se cumplan, en los próximos seis años, 1.200 millones de personas más tendrían que tener acceso a la electricidad y 1.900 a los combustibles modernos. "Conseguir que la electricidad llegue a cada casa costaría en torno a un dólar por persona para dar un servicio mínimo", aseguró Minoru Takada, responsable de Energía y Desarrollo del PNUD a la agencia AFP.
Para ella, la mejor manera de conseguir esto sería instalando "pequeñas centrales hidráulicas o fotovoltaicas en las zonas rurales". pero tal y como ocurre con el acceso al agua, la energía eléctrica no parece un objetivo prioritario para sus Gobiernos. "Prefiere llevar a cabo acciones espectaculares de las que puedan presumir después", dijo Takada.
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En el mundo en vías de desarrollo, el 45% de la población emplea la biomasa (madera o residuos agrícolas) y el carbón para fines domésticos. Esta proporción e eleva al 71% si nos fijamos en las zonas rurales. Pero sólamente el 27% posee cocinas o sistemas de calefacción que garanticen una combustión mejor y una ventilación apropiada. Dos millones de personas mueren al año en estos países por intoxicación por gases.
Las mujeres y los niños, además, son de largo los que más sufren estos efectos. E 50% de las mujeres y el 44% niños de esos países desarrollan problemas respiratorios graves. Y nuevamente Takada vuelve a otro porcentaje para hacer ver la situación: "ese tipo de enfermedades crónicas respiratorias acaban representando el 50% de las causas de muerte".
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En la próxima cumbre de Coopenhague en diciembre, los países ricos decidirán si se aprueba un paquete de ayudas destinados a adaptar este tipo de sistemas en los países más desfavorecidos.