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El Supremo confirma la condena de un teniente de la Guardia Civil por abuso de autoridad al acosar a una subalterna

La esperaba a la salida de la universidad, en el parking, le mandaba mensajes y ejercía un control permanente sobre ella.

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Miembros de la Guardia Civil desfilan en el acto de toma de posesión de Antonio Jesús Orantos como jefe de la Comandancia de la XIII Zona de la Guardia Civil, a 23 de febrero de 2022, en Santander. — Juan Manuel Serrano Arce / Europa Press

Madrid, Actualizado:

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) ha rechazado el recurso de un teniente de la Guardia Civil que fue condenado por un delito de abuso de autoridad al acosar a una compañera con la que había mantenido una relación sentimental de pareja durante tres meses.

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La sentencia confirma por tanto dicha condena y manifiesta que en los hechos probados del Tribunal Militar se recoge que en el invierno de 2015 ambos mantuvieron una relación que fue finalizada por voluntad de la mujer. 

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Fue entonces cuando el teniente se dedicó a esperarla en varias ocasiones a la salida de las clases a las que asistía en la UNED y a la salida del cuartel. Dado que incluso fue visto en más de una ocasión merodeando en las inmediaciones del aparcamiento, cerca de su coche, la guardia civil le advirtió de que de continuar así iba a tener que denunciar los hechos, pero el teniente insistía en quedar para tomar café, y le enviaba correos electrónicos.

Tras un periodo en Madrid, la guardia, por trabajo y a instancias de un superior tuvo que mandar un correo al teniente indicándole que había una plaza a la que podía optar en la comandancia de la ciudad en la que ella estaba destinada, algo que fue entendido por el condenado como que quería retomar la relación.

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Al otorgarle esa plaza, el teniente pasó a ser superior jerárquico de la guardia en 2016 y tras varios encuentros esporádicos "comenzó a desplegar sobre ella una actitud de control permanente sobre su vida personal y profesional, y en concreto, estaba pendiente de con quién hablaba o se reunía".

La guardia acosada decidió bloquearle y salir de chats en los que estaban ambos

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La presión por el móvil llegó a tal punto que la guardia acosada decidió bloquearle y salir de chats en los que estaban ambos, pero él insistía a través de números de teléfono profesionales. Finalmente acabó pidiendo a un superior el cambio de destino, pero éste se lo denegó y adoptó la medida de que nunca salieran juntos a trabajar.

Con todo, el acoso siguió y finalmente la guardia cogió una baja por ansiedad y en julio de 2019 la Junta Médico Pericial dictaminó que la guardia padecía un "trastorno ansioso depresivo cronificado", de carácter irreversible o de remota o incierta reversibilidad, que le incapacitaba para el desempeño de su actividad laboral como guardia civil, y cuyo grado de incapacidad era de un 20 por ciento.

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