El Tribunal Supremo admitió el jueves a trámite una querella presentada contra Baltasar Garzón por presunta prevaricación, cohecho y estafa en relación con unas actividades académicas realizadas por el magistrado de la Audiencia Nacional durante una estancia docente en Nueva York entre marzo de 2005 y junio de 2006.

La querella presentada por los abogados Antonio Panea y José Luis Mazón el pasado junio se refiere a una posible solicitud de patrocinio al Banco Santander realizada personalmente por Garzón para unas actividades realizadas en la Universidad de Nueva York y al hecho de que se archivara en 2006 una querella contra el presidente de la entidad, Emilio Botín, en la Audiencia Nacional.

El alto tribunal ya había desestimado en el pasado la posible actuación delictiva de Garzón en relación a las remuneraciones recibidas durante su excedencia en Estados Unidos.

Sin embargo, señala ahora que a la vista de una documentación recientemente aportada, no puede excluirse que el magistrado solicitara personalmente el dinero al banco para unas actividades académicas en las que él mismo participó, y la relevancia penal de estos hecho.

La querella de Panea y Mazón afirmaba que cuando Garzón solicitó el apoyo económico al Banco Santander, a finales de 2004, Botín se encontraba en calidad de imputado en un procedimiento en la Audiencia.

Según la querella, eso explicaría "que la solicitud se dirigiera a dicho Banco, así como el interés de su presidente o directivos en corresponder positivamente a tal solicitud".

"Si existen razones para afirmar que tales hechos han ocurrido en realidad y si, de la misma manera, puede decirse que efectivamente en la entrega del dinero medió la consideración al hecho de tratarse de un juez de instrucción de la Audiencia Nacional (...) es algo que deberá aclarar la investigación", dijo el auto conocido el jueves.

El Supremo señala en cualquier caso que la admisión a trámite de una querella no constituye un acto de imputación judicial, aunque permita al querellado comenzar a defenderse en el proceso.

No es la primera querella contra Garzón que admite el Supremo, que también está investigando su gestión del sumario sobre los crímenes del franquismo.