Soyinka pide que se envíen a África cayucos con europeos aventureros
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El escritor nigeriano Wole Soyinka propuso hoy un singular "programa de intercambio" entre Europa y África, y dijo que cada vez que llegue "un cayuco con cien emigrantes" a las costas de España o Italia, habría que mandar otro de vuelta con cien europeos de espíritu aventurero y dispuestos a conocer la realidad africana.
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"Esa sería la mejor solución para acabar con la angustia que genera la emigración, pero, por favor, no nos envíen delincuentes", dijo Soyinka, Premio Nobel de Literatura 1986, en la intervención que protagonizó hoy en el Hay Festival, una de las más interesantes de estas jornadas literarias que han llenado la ciudad de Segovia de escritores de todo el mundo.
Serio, cuando la cuestión lo requería, y con humor e ironía en otras ocasiones, Soyinka habló del peligro del fundamentalismo en el mundo actual, del "miedo a la diferencia" que sienten muchos, del desconocimiento que hay en la mayoría de los países de la realidad africana, de la emigración y de la violencia que ha sufrido su continente durante siglos.
"África ha tenido sus propios 11-S, y los ha padecido con frecuencia", aunque "no sean tan conocidos" como los que sufrió Estados Unidos, que sin duda "fueron dramáticos", dijo el escritor, para basar su afirmación en las guerras civiles que han azotado el continente, "impuestas por países que querían hacerse con nuestros recursos", o en algunos atentados que también provocaron muerte y desolación.
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"No es que subestime los atentados terroristas del 11-S, pero África los ha sufrido muy a menudo", subrayó Soyinka, que acaba de publicar en España su libro "Clima de miedo" (Tusquets), un ensayo en el que reflexiona sobre la creciente precariedad de las garantías democráticas y de los derechos humanos, a raíz de esos atentados.
Al responder las preguntas que le hacía Landry-Wilfred Mampika, experto en literatura y arte africanos, y luego las que le harían el público y los periodistas, Soyinka afirmó que la violencia "forma parte de la condición humana", y en cualquier parte del mundo se la conoce, como, por ejemplo, en España con el terrorismo de ETA.
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"La violencia es un gen que está en los seres humanos", y hay que "reconciliarse" con esa realidad, dijo el escritor, que, como recordó Mampika, estuvo encarcelado en su país en 1967, y ha convertido su vida en una continua denuncia de la violación de los derechos humanos.
Si hay algo que preocupa a este poeta, dramaturgo, novelista, crítico, traductor y editor, es "el fundamentalismo" y la intolerancia. "Los fundamentalistas son los principales enemigos del mundo", señaló el escritor, para aclarar que se refería a "los extremismos" que se pueden dar en cualquier religión.
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El problema, prosiguió, es "la incapacidad" que tienen los fundamentalistas de "reconocer que la verdad puede estar en otra creencia diferente a la suya". "Es un elemento aterrador", aseguró el Premio Nobel, a quien no le importaría que a los extremistas se les diera "un billete sólo de ida a la luna" o a cualquier otra parte del espacio para que "lo colonizaran".
En su nuevo libro, Soyinka, de 73 años, habla del "miedo a la diferencia", una actitud, dijo hoy, que es muy frecuente en Estados Unidos, donde hay "una ignorancia crasa" con respecto a otras culturas. "Es una sociedad hermética que se niega a entender lo que pasa en el mundo", y eso crea "barreras y problemas".