Sondas de alimentación aumentan riesgo de úlceras por presión en ancianos con demencia
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Por Megan Brooks
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Un estudio confirma que lassondas de alimentación de gastrostomía endoscópica percutánea(GEP) producen más lesiones que beneficios en los ancianosresidentes de hogares de cuidado que padecen deterioro cognitivoavanzado.
La investigación determinó que las sondas alimentarias nosólo no evitaban ni curaban las úlceras por presión, sino quetambién duplicaban el riesgo de padecerlas.
"Los profesionales de la salud no deberían apurarse cuandoles colocan las sondas a los pacientes con demencia avanzada",recomendó la doctora Joan M. Teno, de la Escuela de MedicinaWarren Alpert de la Brown University, en Providence, RhodeIsland.
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"La colocación de las sondas de GEP son como cualquier otroprocedimiento médico: tiene riesgos y beneficios, a los que seles debería prestar mucha atención", agregó.
Y los doctores Colleen Christmas y Thomas Finucane,gerontólogos del Centro Médico Bayview de Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland, coinciden en un comentario publicado con elestudio en Archives of Internal Medicine.
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Los nuevos resultados "amplían y confirman los hallazgosprevios sobre el tema y son los datos más sólidos con los quecontamos hasta el momento (...) Lo clínicamente importante esque el uso de las sondas de alimentación en los pacientes condemencia avanzada es aún más difícil de justificar", indicaron.
El equipo de Teno utilizó una base de datos de residentes dehogares de cuidados especializados para comparar a un grupo depacientes con demencia avanzada a los que se les había colocadouna sonda de alimentación, con un grupo de pacientes sin esassondas pero tan propensos como el otro grupo a desarrollarúlceras por presión o a que se curaran si ya existían.
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Los residentes con y sin una sonda de GEP compartían lascaracterísticas sociodemográficas, la frecuencia de los factoresde riesgo de las sondas de alimentación y la mortalidad.
Tras considerar esos factores, los residentes alimentadospor sonda y sin úlceras por presión al inicio del estudio eran2,27 veces más propensos a desarrollar una úlcera, mientras queaquellos que ya tenían una úlcera al momento de colocarles lasonda eran significativamente menos propensos a que se lescurara la lesión.
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"Mientras que los estudios previos habían sugerido que lassondas de alimentación no mejoraban los resultados de lasúlceras por presión, el equipo de Teno demuestra que esteenfoque provoca daños", sostienen Christmas y Finucane.
El estudio no explica cómo las sondas de alimentaciónagravan esos resultados, pero existen varias posibilidades.
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Las limitaciones físicas y farmacológicas impedirían que lospacientes se muevan, lo que es un factor de riesgo de lasúlceras por presión, mientras que la osmolaridad de la nutriciónpor sonda causaría diarrea, otro factor de riesgo de laaparición de esas lesiones.
Teno dijo: "A partir de mi experiencia clínica y la ausenciade una diferencia en la supervivencia, sospecho que muchos, sino la mayoría, de estos pacientes evolucionaría bien con laalimentación manual, que es una forma más humana de tratarlos".
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Y aseguró: "Estoy convencido de que las decisiones deberíanreflejar las preferencias y los valores de los pacientes".
Aún así, Teno comentó que una encuesta reciente en cincoestados reveló que más de un tercio de los familiares de estospacientes ignoraba los riesgos de la colocación de las sondas dealimentación.
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El Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidosfinanció el estudio.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, 14 de mayo del 2012