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Soderbegh espera con "Che" dar una visión que vaya más allá de la camiseta

EFE

El director estadounidense Steven Soderbergh ha querido dar con su "Che" una visión que vaya más allá de la imagen reproducida un millón de veces en camisetas, "dar una historia a la camiseta", explicó hoy en rueda de prensa con medios españoles.

"El argentino" y "Guerrilla", las dos películas que conforman el "Che" de Soderbergh se estrenaron anoche, juntas, en el Festival de Cannes, en competición oficial, algo que el director reconoció hoy en rueda de prensa que será difícil de repetir en el futuro.

Soderbergh tratará de estrenar las dos películas juntas en Estados Unidos porque, en su opinión, debería ser así ya que son "cada una espejo de la otra", y tienen lógica viéndolas en conjunto, pero "comercialmente no es una situación normal".

Una lógica necesaria para mostrar la visión del Che (interpretado por Benicio del Toro) del director estadounidense, que espera que su película sirva para "dar una historia a la camiseta" que tanta gente lleva sin saber lo que significa.

Las dos películas de Soderbergh, que en conjunto duran 4 horas y 28 minutos, son muy diferentes entre sí.

La primera tiene mucho más ritmo, una fantástica mezcla de estilo documental y de ficción, con imágenes en blanco y negro, y sale de la revolución para mostrar la intervención del Che en la ONU en 1964. Y la segunda, que se centra en el periodo boliviano, es mucho más lineal y claustrofóbica, además de lenta y con un guión un poco confuso.

La razón de realizar dos películas tan diferentes entre sí es que la primera "es una película de Hollywood. La primera es una película -comercial- y la segunda un filme", más de autor y más modesto.

Para precisar, Benicio del Toro señaló que "la primera se hizo por el dinero y la segunda por amor al arte".

Esa segunda parte, el final de la vida del Che es la que el director tenía interés en contar, pero se dio cuenta de que si no contaba la primera, la revolución cubana, se perdía el contexto necesario.

Por ello decidió rodar esa dos partes de la vida del Che, las dos "más interesantes" de la vida del revolucionario argentino, aunque destacó su aventura boliviana porque es la que está más lejos de él como persona.

La película empezó a forjarse durante le rodaje de "Traffic" (2000) y en el proyecto se embarcó desde el primer momento Benicio del Toro, que representa de forma impresionante a un Che con el que parece haberse identificado en cada mínimo detalle.

Para prepararse el papel, el actor explicó que existe mucha información visual, muchas fotos y libros, que fueron los elementos que utilizó, aunque destacó que lo que Soderbergh escribió es "una una interpretación de lo que pasó, de cómo sucedió".

Y sobre la relación entre el Che y Fidel Castro (interpretado en la película por el mexicano Damian Bichir) señaló que "había mucho de admiración de parte del Che hacia Fidel".

"Fidel tenía mucha más influencia en el Che aunque el Che también la tenía en Fidel", agregó.

En lo que se mostraron de acuerdo tanto el actor como el director fue en la validez de las ideas del Che en la actualidad.

Soderbergh, que calificó de "experiencia fascinante" todos los preparativos para realizar la película, que le llevó a viajar a Cuba y a entrevistarse con los supervivientes de la revolución, afirmó que la pobreza y la injusticia son dos asuntos que no han desaparecido. "Siguen existiendo en la actualidad".

Y es esa parte idealista del Che la que interesa al director, cómo sintió que era su obligación tratar de cambiar las cosas, cómo se preguntaba por qué el mundo tiene que ser así.

Para explicar su visión, el director declaró que la película no se podría haber hecho en otro idioma que no fuera el español, porque no hubiera sido creíble.

"Cualquier película que refleje la cultura de un determinado país debería hacerse en su idioma. Espero que ahora, finalmente, se llegue a ese punto", dijo Soderbergh, que agregó que él, personalmente, no puede "ver una película que se desarrolle en otro país y que no sea en su idioma original".

Y para poder rodar en español, un idioma que entiende un poco peor no habla, Soderbergh trabajó mucho en el guión, por lo que se daba cuenta cuando faltaba una línea de diálogo.

"Además creo que esta película debería poder funcionar sólo con las imágenes. Que tenga sentido sólo con la historia filmada. Para mí hay un momento en el que el lenguaje no es tan importante como la historia. Es una cuestión de emoción", explicó.

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