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Silvia Pinal afirma que "'Viridiana' era un engranaje perfecto y todo tenía un porqué"

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La actriz mexicana Silvia Pinal, protagonista de la obra de Luis Buñuel "Viridiana" (1961), designada "Película de Oro" en el duodécimo Festival de Cine Español de Málaga, ha dicho hoy que la historia "era un engranaje perfecto, en el que todo tenía un porqué".

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Pinal ha recordado en rueda de prensa cómo conoció a Buñuel en México y quiso hacer una película con él cuando el cineasta aragonés adaptaba al cine "Tristana", pero no encontraron ningún productor "porque Buñuel no era muy comercial y no daba mucho dinero con sus películas".

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Después se casó con el empresario Gustavo Alatriste, al que le pidió trabajar con Buñuel, y ambos vinieron a España a proponerle el proyecto que se convertiría en "Viridiana", la única película de habla hispana con una Palma de Oro del Festival de Cannes.

"Estamos muy agradecidos a un señor que se llamaba Francisco Franco, que quemó todo el material de 'Viridiana' y armó un escándalo porque la censura española la había aceptado", ha añadido Pinal.

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Ella huyó a México con unos negativos de "Viridiana" y "los Dominguín la enterraron para que no la encontrara nadie, y así se salvó esa maravillosa película", prohibida en España hasta 1977.

Para la actriz, "una de las escenas más terribles para la censura española es la de la fotografía a los mendigos en una mesa que es como la Última Cena, y en la que, como faltaban dos apóstoles, Buñuel cogió a un portero del plató y a un sastre".

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Según los comentarios de la época, Franco pidió ver "Viridiana" después "de leer en el 'Osservatore Romano' que era una película impía, y mandó quemar todo lo que existiera, y la persiguió como a una persona, porque no se podía vender legalmente al no tener nacionalidad", ha explicado Pinal.

Juan Luis Buñuel, hijo del cineasta y ayudante de dirección en "Viridiana", ha rememorado también los problemas con la censura, cuando le entregaron el guión original y fue rechazado el final de la historia.

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"El personaje de Francisco Rabal estaba con la criada, llegaba Viridiana a entregarse y Rabal echaba a la criada y hacía entrar a Viridiana, y esto era inmoral para la censura".

Por eso se modificó y se quedaron los tres personajes "con las puertas abiertas y jugando a las cartas", algo que sí aceptó la censura, ha dicho Buñuel, que huyó con una copia de la película por carretera hasta Francia.

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El hijo del director viajaba en una camioneta y ocultó los negativos con los capotes y los estoques de un torero, y por eso en la frontera un guardia civil se limitó a desearles suerte.

Juan Luis Buñuel fue también el encargado de comprar, en una tienda del Arco de Cuchilleros de Madrid, el crucifijo que aparece en la película y que se convierte en navaja.

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"Tres años después, regresé a la misma tienda a preguntar por esos crucifijos y me dijeron que nunca los habían tenido. Después, el dueño me llevó aparte y me dijo que habían recibido órdenes de no venderlos más", ha explicado Buñuel.

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