La tenista número uno del mundo, Serena Williams, disfrutó el martes de un día soleado y apacible en la pista central de Wimbledon al lograr un cómodo triunfo por 6-0 y 6-4 sobre la portuguesa Michelle Larcher de Brito en la primera ronda del tercer grand slam del año.

Williams, campeona del año pasado y máxima favorita en el All England Club, no tuvo piedad frente a la número 148 del mundo y se llevó el primer set en apenas 22 minutos y gracias a un brutal 'ace'.

La portuguesa sólo pudo despertar al comienzo del segundo set e incluso obligó a la estadounidense a perder el equilibrio en algunos golpes.

Sin embargo Williams, quien busca su cuarto título sobre la hierba londinense, no perdió la solidez y terminó definiendo el encuentro a su favor con otro 'ace', tras 63 minutos de juego. Su rival en segunda ronda será la rusa Anna Chakvetadze.

Por su parte, la tenista española Anabel Medina cayó eliminada a las primeras de cambio a manos de la italiana Flavia Pennetta, ganadora de Roland Garros, por 6-4 y 6-0.

En cuanto al resto de partidos en el cuadro femenino disputados el martes, se clasificaron a la segunda ronda la rusa Maria Sharapova -decimosexta favorita- y la polaca Agnieszka Radwanska -séptima preclasificada-.

SHARAPOVA SONRÍE DE NUEVO

Sharapova, que ha ido escalando posiciones últimamente en la clasificación después de que una lesión que sufrió en el hombro casi acabara con su carrera deportiva, ha recuperado la alegría de jugar al tenis.

La rusa, que ya ganó Wimbledon con tan sólo 17 años, volvió a florecer el martes en Wimbledon para echar fácilmente del torneo a su compatriota Anastasia Pivovarova por 6-1 y 6-0 y asegurarse una plaza en la siguiente ronda del torneo británico.

Sharapova se movió por la pista con encanto y agilidad, incluso su servicio fue potente. Ganó en menos de una hora.

Después de sufrir la lesión en el hombro y del que tuvo que ser operada, la rusa estuvo varios meses fuera de las pistas y llegó a caer hasta el puesto 126 del ranking femenino.

La decimosexta favorita de este año se mostró reflexiva después del partido.

"Mi alegría a la hora de jugar es mayor de lo que era antes de que me lesionara", dijo Sharapova.

Su confianza en sí misma nunca le ha fallado. Ahora cree firmemente que puede ganar a cualquiera en la pista.

Su filosofía es simple: "Tienes que darte cuenta que no todo es arcoíris y mariposas", puntualizó.