El segundo juicio al magnate petrolero Jodorkovski comienza con detenciones de manifestantes
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El segundo juicio contra Mijaíl Jodorkovski y su socio Platón Lébedev, acusados de delitos económicos, comenzó hoy en Moscú con la detención de manifestantes que denunciaban el móvil político de la persecución del fundador de la petrolera Yukos.
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Cinco participantes en un piquete no autorizado fueron detenidos por policías antidisturbios después de que desplegaran ante la sede del Tribunal del distrito de Jamóvniki una pancarta con el lema "Libertad a los presos políticos", informó la agencia RIA-Nóvosti.
Esa corte cerró el pasado día 17 la vista preliminar del caso sin aceptar el juez Víctor Danilkin ninguna de las peticiones de los abogados de Jodorkovski y Lévedev, incluida la propuesta de dar carpetazo al proceso por ausencia de delito.
El juez rechazó en particular las peticiones de impugnación a sí mismo y a los dos fiscales del caso, considerados por la defensa parciales por haber participado en el anterior juicio, que acarreó una condena de ocho años de cárcel para Jodorkovski y Lébedev.
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También se negó a devolver a la Fiscalía el expediente, en el que, según la defensa, "nada cuadra", y a excluir de la acusación un episodio ya prescrito.
Los abogados denunciaron, por su parte, que la acusación de ambos magnates de robo de crudo a su propia compañía privada y de lavado de dinero son "absurdas" y fueron fabricadas, y adelantaron la posibilidad de apelar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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"Las acusaciones suponen una obra maestra del absurdo jurídico", declaró el equipo de abogados y advirtió de que el nuevo proceso, tan polémico como el primero, será observado con lupa por defensores de los derechos humanos, organizaciones internacionales y países occidentales.
Los que están detrás de la acusación "necesitan a cualquier precio dar visos de legalidad a los frutos de arbitrariedad y escudarse en el poder judicial, pues en caso contrario serán ellos los que tendrán que responder ante la ley", según los abogados.
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Los empresarios, condenados en el primer proceso por delitos tributarios de los que se declararon inocentes, denunciaron que la campaña en su contra fue lanzada por orden del entonces presidente y actual primer ministro, Vladímir Putin, para despojarlos de Yukos, la mayor petrolera privada rusa que ya pasó a manos del Estado.
Ahora afrontan cargos por robos millonarios, por los que podrían ser condenados a hasta 22 años de prisión.
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La Fiscalía sostiene que entre 1998 y 2003 Jodorkovski y Lébedev habrían robado crudo a su propia empresa por valor de más de 892.400 millones de rublos (35.000 millones de dólares al cambio de la época), cifra comparable con toda la capitalización de la ahora expropiada Yukos.
Además, se les acusa de haber lavado el dinero obtenido a raíz del robo de crudo por un monto de más de 487.400 millones de rublos y de 7.500 millones de dólares.
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Según cálculos de la prensa, los magnates están acusados de haber robado en total 350 millones de toneladas de crudo, el equivalente a la extracción anual de toda Rusia en aquella época, cuando en ese período Yukos extrajo 347,44 millones de toneladas, menos de lo que presuntamente habrían sustraído sus dueños.