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Secuestran a un trabajador extranjero de la ONU en el suroeste de Pakistán

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Un grupo de hombres armados secuestró hoy a un trabajador extranjero de la ONU en la ciudad suroccidental paquistaní de Quetta, tras atacar el vehículo oficial en el que viajaba y matar a su conductor, de nacionalidad paquistaní, informaron fuentes oficiales.

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El jefe de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), John Solecki, cuya nacionalidad no ha sido especificada, se dirigía hacia su lugar de trabajo en la ciudad, capital de la provincia de Beluchistán, cuando unos desconocidos abrieron fuego contra su coche.

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Citando fuentes policiales, algunos medios locales han informado de que Solecki es estadounidense, aunque portavoces de la ONU y de la embajada estadounidense consultados por Efe no quisieron confirmar ni desmentir esta información.

"No estamos seguros del todo. No puedo confirmar su origen. Estamos todavía investigando los detalles", se limitó a decir el jefe de prensa de EEUU en Islamabad, Lou Fintor.

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En un comunicado, la ONU condenó "contundentemente" el "ataque contra trabajadores humanitarios", expresó sus solidaridad a las familias de Solecki y del conductor fallecido y aseguró que "se están tomando todas las medidas posibles para garantizar su liberación".

También el Gobierno paquistaní condenó el "desafortunado y cruel acto terrorista" y manifestó su decisión de dar pronto con el paradero del trabajador secuestrado, según una nota difundida por Exteriores.

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Las oficinas de la ONU y de ONG extranjeras han incrementado las medidas de seguridad tras el suceso.

El ACNUR es una de las agencias del organismo multilateral que más presencia tiene en Pakistán, donde hay cerca de dos millones de refugiados afganos y casi un centenar de campos habilitados para ellos.

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En un país azotado por el extremismo y el terrorismo, los secuestros y otros incidentes son habituales, aunque se registran con mayor frecuencia en el conflictivo noroeste, donde hay mayor presencia de grupos talibanes y tienen refugio miembros de la red terrorista Al Qaeda.

Decenas de personas permanecen aún en manos de sus captores en paradero desconocido desde el año pasado, como es el caso de dos diplomáticos, uno iraní y otro afgano, y dos ingenieros de nacionalidades polaca y china.

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