Sarkozy se alegra de haber evitado la "catástrofe" pero invita a no relajarse
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, mostró hoy su satisfacción por que el acuerdo alcanzado por los países de la eurozona haya evitado "la catástrofe" y apuntó que no queda más opción que confiar en el salvamento de Grecia y seguir trabajando para que cada país reduzca su propio déficit.
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En una entrevista en directo concedida en el Palacio del Elíseo a dos periodistas de las cadenas France 2 y TF1, Sarkozy se presentó de nuevo ante los franceses, por segunda vez en los últimos ocho meses, para rendir cuentas sobre la cumbre mantenida en Bruselas y las medidas ejercidas por el Gobierno galo.
Con un tono didáctico en el que no faltaron numerosos "permítanme que explique" el tema en cuestión, el jefe del Estado recalcó que no se podía declarar a Grecia en bancarrota porque "hubiera habido un proceso en cascada que se habría llevado a todos por delante".
Sentado con las banderas francesa y europea a la espalda, el presidente reconoció que la entrada de Grecia en el euro "fue un error" porque lo hizo suministrando datos inexactos acerca de su situación financiera real, pero sostuvo que no queda más remedio que hacer frente a sus consecuencias.
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El pacto alcanzado incluye un recorte del 50 por ciento de la deuda griega en manos privadas, la recapitalización de los bancos con 106.000 millones de euros y la potenciación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para que su capacidad de intervención alcance hasta un billón de euros.
"Europa es una familia y, cuando uno de sus miembros tiene un problema, no se le puede dejar caer", señaló Sarkozy, para quien si las medidas acordadas ayer funcionan "a Francia no le va a costar nada" en términos económicos.
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Fue uno de los muchos mensajes lanzados para tranquilizar a los franceses sobre la situación del país, cuestionada con más intensidad desde que a mediados de mes la agencia Moody's advirtiera de una posible revisión en los próximos meses de la perspectiva estable de su máxima calificación.
"Si queremos librarnos de las agencias de notación es necesario devolver la deuda y reducir el déficit", destacó Sarkozy.
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En su opinión, más que rebelarse contra ellas hay que "trabajar más y mejor" porque "el problema no son las agencias, sino el exceso de gasto".
"Les digo a los franceses: Mirad lo que pasa en países que no hicieron en el momento oportuno las reformas necesarias", indicó en defensa de su controvertida modificación del sistema de pensiones o de la conocida como "regla de oro", que prevé recoger en la Constitución la obligación de marcarse objetivos para lograr el equilibrio presupuestario.
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Aprovechó de paso para anunciar una rebaja de la previsión de crecimiento económico en Francia del 1,75 al 1 por ciento en 2012 "debido a la crisis", y señaló la necesidad de encontrar la manera de ahorrar o ingresar "de 6.000 a 8.000 millones de euros" suplementarios, con medidas que se precisarán en los próximos días.
Para medios franceses como el diario "Le Figaro", su comparecencia de esta noche, en un momento en que el espacio mediático ha estado copado prácticamente por las elecciones primarias socialistas, era una manera de recuperar presencia.
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Los últimos sondeos apuntan que seis de cada diez franceses creen que el candidato socialista François Hollande le derrotará en una eventual segunda vuelta en los comicios presidenciales de 2012, si bien la mitad de los encuestados no tiene confianza en ninguno de los dos para reducir la deuda y el déficit público.
"El debate sobre mi candidatura se resolverá a finales de enero o a principios de febrero. Yo ya he elegido mi opción, la de ser presidente hasta el último minuto", indicó sin caer en los intentos de los periodistas para que se pronunciara al respecto.
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La primera reacción oficial sobre su discurso de esta noche llegó del primer ministro francés, François Fillon, para quien, "ante una crisis financiera brutal y destructiva, ha demostrado hasta qué punto su determinación y experiencia han constituido una ventaja para proteger a Francia y relanzar a Europa".
Opiniones menos favorables le llegaron de la oposición: "Sarkozy quiere hacer creer, como es habitual, que es el Tarzán de la negociación", criticó en "Le Figaro" el diputado socialista Michel Sapin.