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"El salto de Nijinsky" trae a Barcelona las obsesiones del bailarín ucraniano

EFE

La coreógrafa Maria Rovira da forma a las obsesiones del bailarín ucraniano Vaslav Nijinsky, a quien la esquizofrenia obligó a abandonar la carrera artística, en "El salto de Nijinsky", un espectáculo que estará en la cartelera barcelonesa a partir de hoy, para salir de gira por Argentina en septiembre.

Hasta el 23 de agosto, el espectáculo de la compañía de danza Trànsit, ideado y dirigido por la coreógrafa Maria Rovira, se representará en el Teatro Romea de la capital catalana y en septiembre se verá en las ciudades argentinas de Córdoba, Rosario, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, Mar del Plata y Buenos Aires.

Siete bailarines de la compañía representan algunas de las obsesiones del bailarín, como la religión, el sexo o los ojos.

Los bailarines evolucionan en un escenario cuyo suelo está cubierto por un linóleo que reproduce uno de los ojos dibujado por el bailarín, fallecido en una clínica londinense en 1950.

Cada bailarín va adoptando en clave interna esas obsesiones en un espectáculo de danza contemporánea pura en el que se investiga el movimiento, ha señalado hoy Rovira, que también llevará su montaje el año próximo al estadounidense American Dance Festival.

La inspiración inicial del espectáculo reside en una foto de Nijinsky que Rovira vio hace dos años en una exposición en el parisino Quai d'Orsay, una instantánea "que me conmueve mucho", ha confesado, tanto que la coreógrafa catalana empezó a indagar sobre los misterios de la memoria y el significado metafórico del salto.

La foto recrea al bailarín, cuya carrera artística duró tan solo diez años y que permaneció treinta recluido en un sanatorio, vestido con un traje y saltando.

Fue tomada dos años antes de la muerte del bailarín de Kiev, cuando durante una visita que le hizo el también bailarín Serge Lifar y para refrescarle la memoria le pusieron una barra de ballet y, tras una hora de hacer en ella movimientos, Nijinsky se levantó y saltó.

La música original del espectáculo corre a cargo de Javier Gamazo y Marc Álvarez, quienes han recuperado expresamente las cuerdas y los vientos de la música clásica para mezclarlos con música más moderna y contemporánea.

Los bailarines de la compañía Trànsit de Maria Rovira provienen de disciplinas tan diversas como el clásico, el contact, el jazz moderno, la gimnasia deportiva o el atletismo, entre otros.

Con el "El salto de Nijinsky" Rovira presenta un espectáculo "de danza pura", que arranca con la interpretación de una bailarina sola en el escenario, seguida de todos los bailarines en línea desdoblando los movimientos.

"El salto de Nijinsky" ganó el Premio Butaca en 2008 al mejor espectáculo de danza y la coreógrafa Maria Rovira, fundadora de la compañía Trànsit, fue Premio Nacional de Danza de la Generalitat de Cataluña en 1998.

Con este espectáculo, en cartel durante tres semanas, el Teatro Romea se suma a la celebración del centenario de los ballets rusos.

"El salto de Nijinsky" se había podido ver en Barcelona en el marco del festival Grec 2007 y poco después ocupó durante seis días el escenario de la Sala Muntaner.

Ha vuelto a la escena barcelonesa después de una gira española y de viajar a Uruguay y a Croacia.

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