Rubalcaba descarta referéndum e invita a compañeros críticos a leerse acuerdo
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El candidato del PSOE para las elecciones del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha descartado hoy la celebración de un referéndum para ratificar la reforma de la Constitución pactada con el PP y ha invitado a sus compañeros socialistas críticos a leerse el texto acordado, del que dice estar satisfecho.
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Rubalcaba se ha expresado en estos términos en rueda de prensa, después de que los dos partidos mayoritarios hayan registrado esta mañana una proposición de ley conjunta que podría ser aprobada por el Congreso la próxima semana, que establece una disciplina presupuestaria para las administraciones públicas sin recoger cifras concretas de déficit, que se contemplará en una ley posterior.
Además, ha restado importancia a las palabras de la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha minimizado el papel de Rubalcaba en la negociación.
"He estado en muchos sitios del barco y lo último que me ha importado es quién maneja el timón o quién echa el carbón", ha señalado, y ha reiterado que él, "como responsable" del PSOE, quería un acuerdo que recogiera los principios que finalmente se han incluido.
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Unos principios que garantizarán, según su criterio, que a partir de ahora no se van a repetir "los errores" del pasado y no va a haber un sobreendeudamiento. "Si algo hemos aprendido los españoles -ha reflexionado- es que tener un exceso de deuda no es bueno".
Su resumen de la situación es que el acuerdo pactado recoge la imprescindible estabilidad presupuestaria -"no podemos gastarnos lo que no podemos pagar", ha dicho-, una referencia a Europa -"si pedimos a Europa más pasos, nosotros tenemos que dar más pasos"- y una cierta flexibilidad para garantizar la cohesión social, cualquiera que sea la situación económica.
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"Estos tres principios están recogidos y por eso estoy satisfecho con este acuerdo", ha apostillado Rubalcaba, en cuya opinión el concepto de "déficit estructural" recogido en el pacto, frente al "déficit cero", es fundamental para asegurar esa flexibilidad.
Preguntado sobre las dudas de algunos dirigentes y diputados socialistas respecto a las formas y al fondo de la reforma, ha emplazado a sus compañeros a leer el documento final.
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"Yo mismo tenía reticencias", ha admitido, para luego repetir que el acuerdo finalmente es bueno para el país.
Después de sugerir que los socialistas críticos no son muchos ni muy representativos, ha insistido en invitarles a leerse al documento pactado, seguro de que después de la lectura "muchas de esas reticencias habrán desaparecido".
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Les ha recordado asimismo que en su discurso de proclamación como candidato, el pasado 9 de julio, ya habló de la necesidad de estabilidad presupuestaria y control de la deuda y del déficit.
A su entender, lo que distingue una política económica de derechas de una de izquierdas no es la estabilidad, sino "en qué te gastas el dinero".
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Sobre la convocatoria de un referéndum para que los ciudadanos voten en las urnas el acuerdo, Rubalcaba ha recordado que la propia Constitución establece dos mecanismos y que la consulta popular sólo se requiere cuando la reforma afecta a derechos fundamentales.
"Cuando no, no es necesario", ha apuntado. "Cumplir la Constitución es la posición que mantengo y la que va a mantener el PSOE", ha añadido.
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No ha querido opinar sobre qué otras fuerzas parlamentarias podrían sumarse a esta reforma, pero ha reiterado que el PSOE tiene "la disposición política máxima" para que el consenso sea lo mayor posible.
Rubalcaba se ha esforzado en explicar la necesidad y la urgencia de esta reforma constitucional y de la posterior ley orgánica en la que se incluirá un límite al déficit estructural del 0,40 por ciento y ha argumentado que este mes de agosto ha sido "malo" y con mucha inestabilidad financiera, hasta el punto de que Europa suscita hoy entre los inversores "menos confianza que hace un mes".
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"Le estamos pidiendo a Europa que dé pasos y nosotros tenemos que predicar con el ejemplo", ha argüido, convencido de que otros países europeos también seguirán en esta línea para recoger en sus Constituciones la estabilidad presupuestaria.
Según ha remachado, el hecho de que las cifras de déficit no vayan en la Constitución sino en una ley orgánica "no significa que el principio de estabilidad no esté recogido con firmeza y que el compromiso no sea un compromiso firme".
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Con esta medida, ha enfatizado, España está lanzando un mensaje claro de confianza a los inversores y les está dejando claro que "es un país serio, solvente y que paga sus deudas".
Y lo hará también en el año 2020, cuando comience a aplicarse el techo de déficit del 0,40 por ciento, lo que, en su opinión, también ofrece tranquilidad a aquellos que están prestando ahora dinero a España para devolverlo dentro de diez años.