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Rubalcaba acusa a Rajoy de recortar "la calidad de vida de los españoles"

El líder del PSOE califica de "crueles" algunas medidas del Gobierno y el presidente se ampara de nuevo en la herencia recibida

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene en estos momentos un único discurso: España está saliendo de la recesión y el año que viene comienza la recuperación económica. De ahí no hay quien le saque. Además, saca pecho afirmando que todo eso es gracias a las medidas adoptadas por su Gobierno para corregir los desequilibrios provocados por la administración socialista anterior.

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La vieja excusa de la herencia recibida. Es una actitud que marca la estrategia del Ejecutivo para la recta final de año: inyectar optimismo cueste lo que cueste.

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El líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, acudió a la sesión de control de esta mañana con una apelación a los sentimientos del presidente del Gobierno con la pretensión de que elimine lo que calificó como "dos chapuzas crueles": el copago de los fármacos hospitalarios para enfermos graves y la desatención sanitaria a los inmigrantes sin papeles. En opinión del dirigente socialista estas "chapuzas" son de tal magnitud que "ninguna de las comunidades autónomas, incluso las gobernadas por el PP, se han prestado a cumplirlas". El líder socialista recriminó al Gobierno del PP que haya "recortado muchos derechos" en materia educativa y sanitaria que, en su opinión, han "disminuido la calidad de vida de los españoles".

Pues bien, la llamada emocional y sentida que hizo Pérez Rubalcaba, con afirmaciones como "no añada más sufrimientos a los que ya no se pueden curar, solo aspiran a seguir viviendo", cayó en saco roto.

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Rajoy no se dio por enterado. Entre otras cosas porque traía la respuesta ya escrita, con datos y más datos sobre —una vez más—, la herencia recibida. "No voy a utilizar calificativos", dijo Rajoy como única referencia a las peticiones de Pérez Rubalcaba. Y lo cumplió a rajatabla: empezó a desgranar datos que ya empleó ayer en la sesión de control vespertina en el Senado. "España, entre 2008 y 2009 destruyó cuatro veces más empleo que en Italia", empezó diciendo para seguir con una retahíla de datos que dibujan "la situación a la que tuvimos que hacer frente y que con las medidas adoptadas se van superando".

El debate entre ambos no dio más de sí. Previamente, Rajoy mantuvo un diálogo de sordos con la diputada navarra de GBai, Uxue Barkos, quien sostuvo que la "Navarra foral y española que proclamó en su discurso de investidura nos sale muy cara a los navarros a juzgar por la caída de las inversiones en los tres presupuestos que ha traído a esta cámara". Rajoy se agarró al hecho de que para 2014 las inversiones suben hasta los 50 millones de euros después de dos ejercicios de bajadas. Eso sí. Esa cifra es casi la tercera parte de las inversiones del último Gobierno socialista en 2011.

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El presidente del Gobierno contestó solo dos preguntas de la oposición y la vicepresidenta Sáenz de Santamaría excusó su presencia por encontrarse de viaje. En definitiva, fue una sesión de control un tanto descafeinada. 

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