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Reino Unido permitió torturas en Pakistán

Reino Unido permitió torturas en Pakistán

PÚBLICO.ES/EFE

Los servicios de espionaje británicos estaban al tanto de las torturas a los sospechosos de terrorismo en terceros países como Pakistán. Así lo denunció este martes la organización Human Rights Watch (HRW) en una rueda de prensa en Londres. La ONG ha tardado cinco años en elaborar un informe sobre malos tratos a detenidos en el extranjero por agentes británicos. El estudio parece probar la complicidad del MI5 y el MI6, a pesar de que el Gobierno lo niega rotundamente. 

HRW ha realizado numerosas entrevistas entre funcionarios, presos y miembros de la Inteligencia paquistaní. Los testimonios además confirman las sospechas de que EEUU y el Reino Unido han estado colaborando desde hace tiempo para llevar a cabo este tipo de interrogatorios con uso de la fuerza.

Según una fuente de los servicios de inteligencia paquistaníes, los agentes británicos y estadounidenses involucrados en uno de los casos denunciados no sólo estaban 'perfectamente al corriente de que se estaban utilizando todos los medios posibles para obtener información' sino que estaban además 'agradecidos' por esos servicios.

Las sospechas llevan tiempo avergonzando al Gobierno británico, que ha negado por activa y por pasiva que sus agentes 'participasen indirectamente, solicitasen o fueran cómplices' de ese tipo de abusos o que hubiesen tratado de encubrirlos. También se ha negado sistemáticamente a hacer una investigación. Dos influyentes comités de la Cámara de los Comunes se han pronunciado, sin embargo, a favor de una investigación sobre la posible connivencia del Ejecutivo en las prácticas de torturas, en contra de sus obligaciones internacionales.

Este tipo de denuncias ahora mismo está orientadas en dos frentes. Por una parte, las evidencias de que los soldados británicos practicaron torturas contra presos iraquíes, con cerca de un centenar de denuncias en la mesa. Por otra, el caso abierto de Binyam Mohamed, un etíope con visado británico capturado en 2002 en Afganistán y supuestamente torturado en cárceles secretas en Pakistán y Marruecos hasta que llegó a Guantánamo.

La semana pasada, los jueces que llevan su caso, acusaron al ministro de Exteriores, David Miliband, de ocultar las evidencias que prueban su tormento y la complicidad de agentes británicos.

Frente a la versión oficial, HRW pidió hoy 'una investigación independiente y completa, con citación judicial' de las acusaciones de complicidad, a la vez que reclamó la publicación del manual destinado a los servicios de inteligencia, tal y como prometió el primer ministro británico, Gordon Brown.

'Los servicios de inteligencia y la Policía del Reino Unido fueron cómplices e hicieron la vista gorda mientras se torturaba a los sospechosos de terrorismo en Pakistán', denunció hoy Ali Dayan Hassan, investigador de Human Rights Watch. Los funcionarios británicos 'sabían que los servicios de inteliencia paquistaníes utilizaban la tortura de manera rutinaria, tuvieron conocimiento directo de casos específicos, pero decidieron no intervenir', agregó.

Según ese experto, 'una lección clave de los esfuerzos de los últimos ocho años destinados a combatir el terrorismo es que el recurso a la tortura y a otros malos tratos resulta contraproducente ya que mina la legitimidad moral de los gobiernos' que dependen de esas prácticas y facilita las labores de reclutamiento de las organizaciones terroristas.

Mientras tanto, el diario The Independent publica hoy una fotografía que, según denuncia, muestra a 'civiles iraquíes capturados en el sur de Irak maltratados por soldados británicos en violación de las convenciones de Ginebra'.

En la imagen aparece un soldado británico vigilando a cuatro civiles tumbados boca abajo, con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados, 'lo cual viola el artículo tercero de las Convenciones de Ginebra', que prohíbe el trato 'humillante y degradnte' de los detenidos.

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