Los Red Bull han demostrado el pasado fin de semana en el Gran Premio de Australia, primero del campeonato del mundo, que siguen siendo los más rápidos y los más listos a la hora de interpretar el reglamento, mientras que todo apunta a que Ferrari tendrá, como la temporada pasada, que ir al rescate para acortar distancias.

La prueba inicial de la temporada ha comenzado a disipar incógnitas y la primera de ellas es que Red Bull, con el alemán Sebastian Vettel, actual campeón del mundo, es el más rápido con mucha diferencia sobre el resto.

Adrian Newey, diseñador de Red Bull, ha vuelto a realizar un coche perfecto en todos los aspectos y se ha apoyado en la interpretación del reglamento con el KERS, introducido de nuevo de forma obligatoria la presente temporada.

El hecho de que en la sesión de clasificación ni Sebastian Vettel, que sacó casi ocho décimas de ventaja al británico Lewis Hamilton (McLaren), segundo, ni su compañero de equipo, el australiano Mark Webber, tercero, utilizaran el KERS, comenzó a levantar sorpresas.

En la conferencia de prensa posterior a la clasificación, Vettel confesó que no lo había usado y Webber comentó que era "una cuestión interna del equipo", mientras que el director de la escudería, Christian Horner comentaba que se habían estropeado después de las pruebas libres del vieres.

Aunque el uso del KERS proporciona una potencia extra durante seis segundos y medio de unos 60 caballos de fuerza, estimada en cuatro décimas de segundo por vuelta, Red Bull compensa esta carencia con una mejor distribución del peso y de la frenada (se carga con la energía del frenado) y parece que los coches van sobre raíles.

En contra los Red Bull tendrían el problema en los primeros metros de la salida, frente a los competidores que si lo llevan, para lo cual parece que han construido uno más pequeño, que se carga en los talleres, de un solo uso, para la salida, con lo que se ahorran los problemas de peso, distribución del mismo y refrigeración que tienen otras marcas.

Después de los entrenamientos invernales Ferrari creía que estaba más cerca de Red Bull, en los entrenamientos libres del viernes también lo parecía, pero el sábado se abrió una brecha gigantesca, un segundo y cuatro décimas en la sesión de clasificación, y en carrera el ritmo fue muy bueno, pero Fernando Alonso se encontró en el peor sitio y en el peor momento en la primera curva y desde la novena posición se vio obligado a remontar hasta la cuarta, perdiendo las opciones de podio.

Al finalizar la carrera, fue el primero en dar la voz de alarma. "Lo que tenemos claro es que tenemos que mejorar, al coche todavía le falta rapidez, competitividad, sobre todo a una vuelta, en la crono", advirtió Alonso.

Por su parte el director de la escudería, Stefano Dominicali, no ocultaba la realidad al terminar la carrera.

"Dejamos Australia con una sensación de desilusión, es inútil negarlo. El nivel de nuestro rendimiento no ha estado a la altura de los mejores, especialmente de Red Bull. Pero, no obstante, hemos conseguido unos puntos preciosos, sobre todo con Fernando, que ha hecho una gran carrera después de lo complicada que fue la primera vuelta",explicó.

La presente temporada que acaba de iniciarse, se parece demasiado a la del pasado año, incluso puede ser más complicada, porque en un abrir y cerrar de ojos McLaren ha resuelto todos sus problemas invernales con unos escapes más convencionales y un nuevo fondo plano.

Lewis Hamilton ha sido el que ha estado más cerca de Vettel y Renault, a pesar de no poder con su gran baza, el polaco Robert Kubica, convaleciente de su accidente de rally, puede convertirse en árbitro de la lucha por el mundial, como demostró ayer el ruso Vitaly Petrov con su tercer puesto, primer podio que consigue.

Javier García-Ochoa